La reliquia consiste en un trozo del lienzo con el que se limpió la sangre del santo en el Hospital de la Divina Providencia en San Salvador, el 24 de marzo de 1980, día en que fue abatido por un francotirador mientras oficiaba la Santa Misa.
Dicho lienzo fue conservado todo este tiempo por Fr. Jorge Arturo Chaves, fraile dominico, y por su hermana María Eugenia Chaves, vecina de Heredia.
De él se han extraído fragmentos que se conservan para la veneración de los fieles o han sido usados para la consagración del altar en varias parroquias dentro y fuera del país. Entre ellas, por ejemplo, se pueden mencionar Santa Isabel de Portugal, en Cachí en la Diócesis de Cartago y la Iglesia La Merced, en Antigua, Guatemala.
Según explicó el Padre Ricardo Cerdas, quien gestionó la reliquia para la Sede de la Conferencia Episcopal, se trata de “un signo de la intercesión de San Oscar Arnulfo Romero por los obispos de Centroamérica y de su testimonio de martirio, defensa de la verdad y amor a los pobres que lo caracterizó a él y nos inspira a todas las iglesias locales de Centroamérica”.
El rito de entronización de la reliquia fue presidido por Monseñor Javier Román Arias, obispo de Limón y Presidente de la Conferencia Episcopal, junto al Padre Ricardo Cerdas, quien es el encargado del Departamento Legal de la CECOR y el Padre Mario Segura Bonilla, Secretario Adjunto.
Junto a ellos participaron los colaboradores de las distintas comisiones e instancias de la Sede.
Reliquia de San Oscar Romero.
