Los magistrados acogieron el recurso presentado por la especialista y el 13 de agosto del año pasado ordenaron dejar sin efecto dicha directriz, sin embargo, fue necesaria una nueva acción por parte de la Dra. Bogantes para que finalmente la imagen del crucificado fuera reinstalada en su lugar.
En dicha acción, conocida como “Prueba para mejor resolver”, la especialista refutó el pretexto de que la imagen podría ser foco de infecciones, evidenciando lo que a juicio suyo es “una absoluta, arbitraria e injustificada violación a la libertad de culto de los funcionarios, pacientes y familiares que somos creyentes y profesamos la fe católica”.
“Debo alertar, no solamente de la violación a la libertad de culto, sino de la evidente, manifiesta y pública calificación de la fe católica como una “enfermedad infecciosa”, lleva una intención subrepticia de “limpiar el hospital de las infecciones religiosas”, de los objetos que simbolizan la espiritualidad de las personas católicas”, escribió la jefa de cardiología a los magistrados, quienes finalmente le dieron la razón.