En su ministerio diaconal -en tiempos de Covid-19- ha apoyado a la Pastoral Social de la diócesis visitando a comunidades y familias con necesidades económicas y de alimentación.
“Me ha ayudado a ver el Cristo sufriente, al Cristo paciente. Al hermano que necesita lo básico y su fe le ayuda a salir adelante”, dijo el diácono, quien asegura que este tiempo le ha permitido sensibilizarse todavía más en aspectos relacionados con el dolor y el sufrimiento.
A manera de motivar las vocaciones, Benavides considera que “la vocación sacerdotal tiene que ser vista como un ´yo no estoy en este mundo por casualidad, nadie lo está y tengo una misión específica`, sino cumplo dentro de este proyecto de Dios, difícilmente voy a ser feliz a plenitud, de esta manera vamos a encontrarle sentido y fuerza de parte de Dios para hacerle frente a los problemas y a todas las situaciones”.