En su bienvenida, el padre Carlos Montoya, Superior Provincial, costarricense, destacó la importancia de este evento para la Congregación. "Agradecemos a Dios el privilegio de tener hermanos. Esta Asamblea responde al deseo de construir fraternidad, laicos, religiosos y religiosas, desde la llamada a ser hermanos a ejemplo de San Francisco de Asís y del P. Luis Amigó. Atendiendo el llamado del papa Francisco y de nuestra Congregación, y después de habernos escuchado en las asambleas nacionales, concretizamos hoy nuestro deseo de una renovación responsable y fiel a nuestros orígenes carismáticos, abiertos siempre a la inspiración del Espíritu. Buscamos los caminos que el Señor quiere de nosotros para seguir viviendo y expandiendo este gran regalo del Carisma Amigoniano que ha puesto en nuestras manos para servir a la Iglesia."
Por su parte, el padre Frank Pérez, Superior General de la Congregación, compartió: “¿Cuál es el sueño de Dios para nosotros? ¿Cuál fue el sueño de Dios para el P. Luis Amigó, ¿Cómo se concretaría el sueño del P. Luis Amigó en la Iglesia y en el mundo de hoy? ¿Qué es lo que el Señor quiere de nosotros, Amigonianos, ante los desafíos de esta situación de la sociedad post pandemia?¿Cómo desarrollaremos nuestra misión en la iglesia del tercer milenio? Las preguntas nos abran a nuevos horizontes, a un horizonte común como Provincia que tenemos que buscar, dentro de nuestra Congregación y Familia. Dios nos está hablando en este proceso de discernimiento sinodal.”
En la Asamblea se han tratado, entre otros, estos temas:
- Desarrollar programas de formación en identidad, pedagogía y espiritualidad amigoniana.
- Misión: nuevos horizontes pastorales, como respuesta a las necesidades de hoy.
- Misión compartida, el papel de los laicos en el carisma amigoniano.
- Gestión de poder en nuestras relaciones y obras: vivir la autoridad como servicio.
- Fortalecer los sistemas de comunicación entre religiosos y laicos, encaminados a robustecer los vínculos fraternos y el trabajo en equipo.
El P. Luis Amigó, religioso capuchino y obispo, fundó a las Hermanas Terciarias Capuchinas en 1885 y a los Religiosos Terciarios Capuchinos-Amigonianos en 1889, ante todo para expresar la misericordia de Señor, particularmente a los jóvenes en situación de riesgo social. Muchos laicos viven hoy el Carisma Amigoniano, unidos a estas dos Congregaciones religiosas, integrando la Familia Amigoniana.