“La clave es la prevención, no es suficiente con aprobar protocolos a nivel nacional y tenerlos en la estantería, todos deben de conocer estos protocolos”, dijo.
“Los protocolos se tienen que trabajar en todos los niveles eclesiales. Todos los fieles tienen que conocer, tienen que saber que la Iglesia se ha dotado de unos medios para que los crímenes de los abusos no se repitan nunca más, en lo posible”. “Y si llegara a ocurrir, saber que la Iglesia tiene medios para reaccionar”, agregó.
Monseñor recordó que la Iglesia debe de mantener la máxima colaboración con las autoridades judiciales y policiales del país, pues todo abuso es una merma de los derechos de la persona. Y para esto el país tiene una estructura judicial y una estructura policial para asegurar los derechos y deberes de todos los ciudadanos.
En cuanto a la formación sacerdotal, la autoridad vaticana aseguró que la Iglesia necesita tutelar el sacramento del orden para ofrecer buenos sacerdotes, es decir, hombres buenos, de los cuales la gente se fía y a los cuales abre su conciencia. “Por eso lo delicado de la situación de un clérigo, porque se presenta como hombre de Dios habilitado por la Iglesia para actuar como mediador de la gracia de Dios”, dijo.
Sobre una supuesta contradicción entre la pastoral y el derecho, es decir, la misericordia de la disciplina, Monseñor Bertomeu dijo que por el contrario, cuando la Iglesia reduce al estado clerical a un presbítero, lo que busca es darle una oportunidad para su conversión.
“La Iglesia es madre, para todos, es madre de aquella víctima que ha sufrido un abuso terrible porque le ha destrozado la vida, pero también es madre de aquel sacerdote que se equivocó y que en lugar de presentarse como servidor de la gente, se ha servido de los fieles”.
Monseñor concluyó recordando que se debe de seguir haciendo pastoral con niños y con jóvenes, pero cambiando las formas, y asumiendo el respeto como norma en todas las relaciones.
“En el fondo el problema de los abusos es un problema de poder, debemos de asumir el poder que muestra Jesús en la Cruz, un poder que es puro servicio, entrega al punto de dar la vida por el otro”, concluyó.