Dante Urbina es un conocido conferencista y autor peruano de libros sobre economía, filosofía y fe cristiana, que está en Costa Rica para impartir un par de conferencias el viernes 10 de marzo y el sábado 11 de marzo, gratuitas y abiertas a todo el público, en el Seminario Nacional. Eco Católico conversó con él, a continuación un extracto de la entrevista:
Dice usted que tuvo un proceso de conversión del ateísmo al cristianismo. Cuéntenos sobre ese proceso ¿Qué clase de ateo era usted?
Era un ateo arrogante y soberbio. No me la pasaba peleando con creyentes ni con la gente en general, en el sentido de que consideraba al resto de seres humanos poca cosa como para ocuparme de ellos. Pero si alguien me confrontaba directa o indirectamente podía ser muy agresivo con mis respuestas.
En otras palabras, no buscaba creyentes para hablarles en contra de Dios, pero si un creyente se me acercaba y pretendía hablarme acerca de Dios reaccionaba de manera agresiva, en términos de refutarlo, humillarlo y dejarlo en ridículo.
-La fe es una experiencia, un encuentro con la persona de Cristo, dice Benedicto XVI ¿Por qué defenderla desde la ciencia o la filosofía?
Cristo dijo en Juan 14, 6: “Yo soy la Verdad”. Cualquier vía que de forma genuina nos acerque a la verdad nos acercará también a Cristo. La gente muchas veces se queda en la superficie o se deja engañar en la mentira, pero si vamos a fondo en la ciencia, en la filosofía o la teología, si vamos a auténticamente a fondo vamos a terminar acercándonos cada vez más a la Verdad con mayúsculas, que es Cristo mismo.
De otro lado, hay que notar, como dice Benedicto XVI, que la fe es una experiencia, pero no es una experiencia irracional o meramente sentimental, de hecho, la fe ni siquiera es una experiencia fundamentalmente sentimental, alguien puede tener auténtica fe sin que necesariamente lo acompañen los sentimientos. En esto coincide toda la tradición de los santos del catolicismo, todos ellos hablan de vivir la experiencia de fe y avanzar aun cuando los sentimientos no ayuden.
Nótese que la fe tiene que ver con creencia. Nosotros tenemos fe creyendo en determinadas cosas. En consecuencia, una buena ciencia y una buena filosofía, en la medida que se profundice en las mismas y en la medida en que esta profundización se realice con rigor, corrección, corazón dispuesto y una mente abierta, terminará acercándose a la realidad de la fe.
La fe es ciertamente una experiencia, pero no una experiencia irracional sino más bien racional, o si se quiere supraracional, en el sentido de que supera la mera razón humana pero no la contradice. Más bien, muchos elementos de la propia razón nos ponen en camino a la fe.
¿Qué es lo que van escuchar los asistentes a la charla? ¿Qué tipo de charla es?
Lo que van a encontrar los asistentes a las charlas que voy a dar es una explicación y defensa racional de proposiciones de la fe católica, que van desde el rango de cuestiones más generales, que pueden ser aceptados por no católicos como la existencia de Dios, hasta algunas cuestiones específicas, como los libros deuterocanónicos, es decir, aquellos siete libros incluidos en el Antiguo Testamento en Biblias católicas que no están presentes en Biblias protestantes.
Básicamente, voy a presentar una argumentación sistemática, ordenada, conjunta y explicada, en lo posible, en un lenguaje ameno y sencillo, para mostrar la verdad de la fe católica en proposiciones como: Dios existe o que los libros deuterocanónicos son Sagrada Escritura, de manera que cualquier persona razonable, examinando razonablemente esos argumentos pueda llegar a la misma conclusión.
¿Por qué ese eslogan tan confrontativo como “la conferencia que todo creyente deberá (y todo ateo temerá) escuchar”?
En los afiches publicitarios no recuerdo que apareciera esa frase. Pero de todas maneras, debo apuntar con transparencia, que en 2016 publiqué uno de mis libros titulado: ¿Dios existe? El libro que todo creyente (y todo ateo temerá) leer. Así que sí, ahí tenemos un subtítulo confrontativo de esta obra, pero es que, en un mundo en el que se ataca a la fe, hacer defensa de la fe, apologética, es en cierto modo entrar en una confrontación. Defender la verdad implica entrar en confrontación con el error. Mi enfoque no es atacar a las personas, eso no sería cristiano, pero sí es mi enfoque atacar los errores, las posturas erróneas, las ideologías erróneas, los argumentos falsos o falaces. Ciertamente los voy a atacar en defensa de la verdad.
Alguno podría pensar que un espíritu combativo sería impropio de un cristiano, sin embargo cuando uno, en lugar de quedarse con versiones edulcoradas del cristianismo, va y lee las cartas del apóstol Pablo va a encontrar un espíritu combativo, y si lee las vidas de muchos santos va a encontrar en ellos un espíritu combativo. No se confunda esto. Cuando hablo de espíritu combativo me refiero a combatir por Cristo, con pasión, por la verdad, pero que no se confunda esto con una actitud grosera, grotesca, ofensiva, agresiva, etc. No. Voy a confrontar con fuerza los errores, pero no es mi objeto atacar a las personas.
