La Semana Santa inicia con la celebración del Domingo de Ramos en que se recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Este día se realizan procesiones donde se usan ramos -en Costa Rica se usa palma, pero pueden ser otros tipos de plantas- como signo de que reconocemos a Cristo como Rey y como Mesías. Agitarlos o sostenerlos es signo de que creemos en Cristo. En este caso, los ramos son parte de la liturgia, recuerda el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia.
Después de la celebración, muchas personas se llevan las palmas benditas para su casa, lo cual está bien si se usan como proclamación de Cristo como Mesías; pero se debe tener claro que no son amuletos. Así, pueden hacer con ellas, por ejemplo, una cruz en la puerta para mostrar que son creyentes, pero no para alejar tormentas o “malos espíritus”.
Las palmas están benditas, por lo que si una persona necesita deshacerse de ellas puede quemarlas o dejarlas en la parroquia, pues son utilizadas para hacer ceniza al inicio de la Cuaresma, el Miércoles de Ceniza del próximo año.
Pero el Domingo de Ramos tiene otro momento fundamental: la lectura de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Es decir, se trata de un día en el que se celebran los dos momentos centrales del misterio pascual: la vida o el triunfo, mediante la procesión de ramos en honor de Cristo Rey, y la muerte, con la lectura de la Pasión correspondiente a los Evangelios Sinópticos, es decir, de Mateo, Marcos y Lucas, en cada uno de los ciclos, A, B y C (la de Juan se lee el Viernes Santo).
Del aspecto glorioso de los Ramos pasamos al doloroso de la Pasión. Esta transición no se deduce sólo del modo histórico en que transcurrieron los hechos, sino porque el triunfo de Jesús en el Domingo de Ramos, es signo de su triunfo definitivo. Los ramos nos muestran que Jesús va a sufrir, pero como vencedor; va a morir, pero para resucitar. En resumen, el domingo de Ramos es inauguración de la Pascua, o paso de las tinieblas a la luz, de la humillación a la gloria, del pecado a la gracia y de la muerte a la vida.
Debido a esas dos dimensiones que tiene este día, se denomina “Domingo de Ramos” (dimensión victoriosa), o “Domingo de Pasión” (dimensión dolorosa).
Suscríbase a nuestra edición digital y disfrute de todo el contenido. Haga click en este enlace.
Lo invitamos a compartir nuestro contenido