La meta del capellán es hacer una exposición de los proyectos terminados en la capilla, para fortalecer el autoestima de las personas. Luego se podrían desarmar y usar de nuevo.
De acuerdo con su experiencia de 16 años de servicio en este Centro Médico, así como del diálogo con los especialistas y terapeutas, este tipo de actividades da resultados positivos con los pacientes.
“La enfermedad mental real no se cura, se estabiliza, pero hay muchas personas que están en el hospital por situaciones distintas a problemas mentales reales, por ejemplo, por estrés profundo o depresiones graves, por un accidente que tuvieron o por la pérdida de un familiar etc. Son personas cuya capacidad mental está bloqueada pero no tienen problemas mentales reales, a todos ellos le ayuda muchísimo todas estas actividades”, dijo el sacerdote.
En su servicio, dijo, es fundamental la escucha y el diálogo, así como los sacramentos, entendiendo por ejemplo, que en una Eucaristía aunque tenga al frente personas adultas, su edad mental es como la de los niños, y entonces deba adaptar la celebración a esa realidad.
En el hospital no hay jornadas, el servicio es permanente incluyendo los fines de semana. El sacerdote destacó que se trabaja con mística y entrega, por parte de todo el personal, en un ambiente que es complejo y que necesita mucho soporte espiritual.
“Me encanta el sacerdocio, ser capellán, me encanta estar ahí, yo soy feliz estando en el hospital, muchas veces la situación sacerdotal es simbólica, en el sentido de que ellos no tienen noción mental de pecados y además, al no tener noción de pecado no hay pecado. Igual yo siempre los atiendo, a veces me dicen de todo y luego me dan las gracias”.
“Yo he llegado a la conclusión de que mucha gente fuera del hospital lo que necesita es que alguien los escuche, no que le solucionen los problemas, sino que los escuchen, que les den tiempo y compañía, no tanto dinero ni cosas, sino caridad humana, que se sientan personas, que no se sientan instrumentalizados o un desecho de la sociedad”, agregó el capellán.
Si alguien quiere hacer una donación de legos, rompecabezas o del dinero para adquirirlos, puede hacerlo a través del Sinpe Móvil 8931-5399 del Padre Aragón. Él mismo, a ese número, puede coordinar para recibir las donaciones. También se pueden dejar en las oficinas del Eco Católico en la Sede de la Conferencia Episcopal en San José.
Esta campaña es para beneficiar a los pacientes del hospital, pero también de otras instituciones y terapistas que trabajan con poblaciones similares. “Lo importante es llegarle a las personas que lo necesitan”, concluyó el sacerdote.
Si alguien quiere hacer una donación de legos, rompecabezas o del dinero para adquirirlos, puede hacerlo a través del Sinpe Móvil 8931-5399 del Padre Aragón.