La Ordenación Diaconal se llevó a cabo en la Catedral Metropolitana este 4 de marzo. La ceremonia fue presidida por Mons. José Rafael Quirós, arzobispo de San José, quien pronunció la oración consecratoria e impuso sus manos sobre estos varones.
Los cinco muchachos continúan de esta manera su camino para eventualmente, con la ayuda de Dios, ordenarse sacerdotes y continuar su servicio en la Iglesia.
Andrés Esteban Hernández Guillén
Parroquia de Origen: San Josecito, en San Isidro de Heredia.
Edad: 27 años.
Lema: “Y, levantándome, le serví” cf. Mt 8, 15b.
“Mi inquietud a la vida sacerdotal, brota a la edad de los 15 años. Yo me encontraba en el SAMAGU, colegio católico en Santo Domingo de Heredia; como parte del curso de Educación Religiosa, teníamos un espacio llamado “Hora de Capilla”. Puedo decir que, en medio de esa visita semanal a Jesús Eucaristía – y cada vez con mayor frecuencia- se fue gestando en mi corazón una inquietud por ser sacerdote”.
“A los 19 años de edad respondí a esa voz de Dios. Por entonces, estudiaba Medicina en la Universidad. A pesar de que me gustaba mi carrera, no sentía en mí una plenitud en lo que hacía. Poco a poco me di cuenta de que Dios me llamaba a algo más, solo que lo estuve buscando en otro lado”.
Julián David Pérez Salgado
Parroquia de origen: Santa Bárbara, Pavas.
35 años de edad
Lema de Ordenación: “El Señor irá delante de ti; El estará contigo, no te dejará ni te abandonará; no temas ni te acobardes” (Dt. 31, 8).
En Hatillo 3 el P. Oldemar (Ruiz) me preguntó si había tenido inquietudes vocacionales, le dije claramente que no. Pero esa pregunta, unas frases que vi en esa iglesia y luego escuchar predicar al P. Guillermo Cordero en Pavas, todo el mismo día, me inquietó demasiado. Comencé a responder a mi manera, buscando respuestas. Sin lugar a dudas: "El Señor me ha seducido y yo me he dejado seducir" (Jr. 20, 7).
Manuel Vinicio Pérez Pérez
Parroquia de Origen: Nuestra Señora Virgen de Loreto, en Rohrmoser, Pavas.
34 años de edad.
Lema de ordenación: “Yo te instruiré, te enseñare el camino que debes seguir, con los ojos puestos en ti, seré tu consejero” (Salmo 32, 8).
“Puedo decir con toda sinceridad que desde pequeño ya había algo en el corazón, pero el llamado tomó una gran fuerza cuando trabajé como sacristán en la parroquia de Loreto. Gracias al testimonio de sacerdotes entregados, quienes con sus homilías, me sirvieron para cuestionarme si Dios me llamaba al ministerio sacerdotal”.
“Un domingo del Buen Pastor decidí buscar a un sacerdote para que me ayudara con la inquietud que sentía. De ahí en adelante, Dios fue abriendo las puertas para recibir el ministerio del Orden del Diaconado”.
Gerald Arnulfo Jiménez García.
Parroquia de origen: San Miguel Arcángel, Desamparados.
27 años de edad.
Lema de ordenación: “Y se puso a lavarles los pies” (Jn 13, 5).
“Hay tres aspectos esenciales de mi vida que Dios ha utilizado para pronunciar mi nombre: En primer lugar, mi familia que ha sido el lugar de encuentro con Dios, en casa aprendí la fe y fueron ellos el instrumento que el Señor usó para sembrar la primera inquietud en mi corazón”.
“En segundo lugar, la comunidad cristiana, soy originario de una pequeña filial, una pequeña comunidad donde descubrí el valor de la Iglesia, Dios también me llamó a través de tantas personas tan llenas de fe de ese pequeño grupo”.
“Y en tercer lugar del testimonio valioso de sacerdotes, a quienes desde pequeño admiré y a la par de quienes creció mi fe. Viéndolos a ellos maduró en mí la inquietud que Dios ya había puesto en mi corazón: ¿Yo sacerdote?”.
Edgar Josué Gamboa Arce
Parroquia de origen: Santa Rosa, en Santo Domingo de Heredia.
27 años de edad.
Lema de ordenación: “Donde estoy yo, ahí está mi Diácono” (Jn. 12,26).
“Descubrí mi vocación desde muy pequeño, cuando tenía cuatro años de edad, por medio del rezo del Rosario. Jugaba a celebrar Misa y, luego, como monaguillo me enamoré más de las cosas de Dios. En medio de la vida normal de un joven, el Señor fue conquistando mi corazón para servir a la Iglesia por toda la vida. Siempre he estado seguro de lo que quiero y ahora la Iglesia confirma este llamado que el Señor me hace”.