Con sus propias manos, los indígenas de la comunidad de Alto Cohen, en Talamanca, levantaron su nueva capilla. El lugar sagrado fue bendecido el pasado sábado 10 de diciembre por Monseñor Javier Román, obispo diocesano de Limón.
En este lugar, desde el 2016, se asentaron las Hermanas de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, quienes tienen la vocación de servir a los pobres entre los pobres. Ellas viven en la Casa de la Misericordia que levantó la iglesia limonense en el lugar, y justo al lado se construyó la nueva capilla, en madera y zinc.
Anteriormente ya existía una infraestructura en el sitio, sin embargo su tamaño se hizo insuficiente ante la cantidad de hermanos que participan de las actividades animados precisamente por las religiosas.
Frente a esta necesidad, la comunidad se organizó, buscó y aserró la madera y puso manos a la obra en la construcción. Para la bendición se aprovechó la presencia de una delegación de seminaristas de Nueva Orleans, Estados Unidos, quienes efectuaron en la diócesis una experiencia de misión.
“Con la presencia de las Religiosas de Calcuta ha ido creciendo la fe de la comunidad, además se les ayuda asistencialmente para alivianar sus necesidades básicas”, explicó Monseñor Román. Según dijo, es de admirar el compromiso de los indígenas, quienes trajeron a hombros la madera desde unos 5 kilómetros montaña arriba.
La construcción duró cinco meses. El obispado aportó siete millones de colones en materiales junto con donaciones de instituciones y bienhechores que se utilizaron para el pago de la mano de obra.
“Que este lugar, que tanto ha costado levantar, sea fuente de paz y de encuentro, que desde aquí salgamos fortalecidos por la presencia de Dios para seguir caminando juntos, para seguirnos ayudando y animando”, dijo Monseñor durante la celebración.
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