La iniciativa nació en el 2017 y desde su creación ha ayudado a unas 35 mil personas provenientes de África, Haití, Venezuela, Nicaragua, Brasil, Cuba y otros países. En lo que va de este 2022 han acudido 10.559 personas, según datos de su directora, la Licda. Fidelina Mena.
Como se sabe, Costa Rica es un lugar de paso de caravanas migrantes hacia el norte del continente. Al principio se trataba de personas provenientes de América del Sur, sin embargo, con el tiempo se han sumado de otras nacionalidades e incluso continentes.
“A todos se les brinda apoyo, que consiste asesoría, asistencia y acompañamiento legal sobre sus derechos y obligaciones legales, detalló Mena.
Por eso la prioridad del consultorio jurídico es fortalecer las capacidades de las personas refugiadas y solicitantes de dicha condición para que cuenten con conocimientos básicos y conozcan las oportunidades para la defensa de sus derechos, el acceso a la justicia y al procedimiento de determinación de la condición de persona refugiada. Además, se les ayuda con permisos laborales, ayuda humanitaria y kits de higiene, todo de acuerdo a un análisis previo e individualizado.
La mayoría de migrantes que cruza nuestro país lo hace en pocos días, sin embargo, hay un grupo que se queda más tiempo. A ellos es a quienes el Consultorio apoya consiguiendo algún tipo de documentación regulatoria, de forma que puedan acceder a un trabajo y a la colaboración de sus propias familias a través de remesas.
Hay otros que cuando llegan a Costa Rica y observan la situación del país deciden intentar pedir refugio, esto porque muchos vienen de situaciones conflictivas, especialmente los venezolanos, haitianos y africanos.
Un aspecto que se ha visibilizado desde el Consultorio es que el tránsito de estas poblaciones ha cambiado en cuanto a forma y nacionalidad, esto quiere decir que estas personas se mezclan en el transcurso del tránsito, tan es así que traen hijos nacidos en Brasil, Guyana, Perú, Ecuador y otros países.
“En Costa Rica a partir del 2015 tenemos esa situación, muchas mujeres venían embarazadas y dieron a luz en los pasos de Santa Cecilia y Paso Canoas”, explicó Mena.
Otra situación compleja fueron los flujos de africanos durante marzo del 2020, que por la pandemia se quedaron acá. En dicha situación intervino el Consultorio para la atención sanitaria y otros aspectos. “Las autoridades nos decían que por un asunto cultural ellos no querían usar mascarillas y eso no era cierto, lo que hacía falta era comunicación en su idioma y falta de conocimiento de sus costumbres, pues en la caravana de africanos venían personas musulmanas, por lo que había que abordar la forma de la atención para ellos”, explicó la entrevistada.
“Observamos que para el 2021, en su tránsito, los africanos y haitianos viajan con sus parejas, muchas de ellas de nacionalidad venezolana, chilena y ecuatoriana, posteriormente a finales del 2021 empezaron a pasar grupos más acentuados de venezolanos, esto viene siendo un fenómeno regional de que las mismas poblaciones se van acomodando en sus tránsitos y experiencia del abordaje en la ruta. Tal es así, que hoy en la ruta utilizada por los venezolanos se llevan a los nicaragüenses, haitianos y africanos que están transitando para apoyarse y subir al Norte”, agregó.
El Consultorio Jurídico tiene un horario de atención de lunes a viernes de 8 a.m a 5:30 p.m. y se ubica en los salones de la Iglesia La Dolorosa en San José Centro. Para mayor detalle las personas interesadas pueden comunicarse al 2248-0154 y 8455-8166.
“Es una misión”
En su sueño de una vida mejor, los migrantes se enfrentan a muchos peligros y situaciones difíciles que incluso ponen en riesgo sus vidas. Tras años de trabajar con ellos, Fidelina Mena, directora del Consultorio Jurídico para Migrantes de la ULaSalle nos cuenta su experiencia:
Cuando entran en contacto con el consultorio, ¿cuáles son las situaciones que traen los hermanos migrantes?
Son variadas y dependen de los tiempos. A partir del 2015 y 2017 las razones más fuertes de las personas de América del Sur eran por persecución política. También hay una situación agravante de salud pública y de pobreza. En relación a la población afrodescendiente se aduce la violencia religiosa, en especial en El Congo y Sierra Leona. De Haití conocemos las situaciones que han vivido y que han devenido en violencia, secuestros, robo de tierras etc. En el 2018 se agrava la situación en Nicaragua e ingresan a Costa Rica personas con perfiles profesionales de médicos, estudiantes, profesores, campesinos, madres etc. Nicaragua está en una situación parecida a la de Venezuela con escasez de alimentos, falta de trabajo y además se recrudece la situación a nivel religioso, esto lo que hace es generar un choque y una salida también de perfiles religiosos que incluye desde secretarias parroquiales, miembros de congregaciones, sacristanes y otras figuras.
¿A qué peligros se enfrentan las personas migrantes en tránsito?
Abusos, muerte, el coyotaje, la trata de personas, asaltos, xenofobia, violaciones a mujeres; también está la pérdida de familiares.
¿Cómo definiría este servicio de Iglesia de los lasallistas y los dominicos?
Están realizando una misión. Los lasallitas tienen un eje en la universidad que es trabajar con las poblaciones vulnerables y servir a los demás, trabajamos desde el ejemplo de Monseñor Romero, es decir, somos la voz de los que no tienen voz, en el caso de los frailes dominicos ellos colaboran con la predicación, es decir, con obras que se vean a través de la justicia y la paz, para incidir positivamente en las personas y el Estado, de que los religiosos no dejan solas a estas poblaciones demostrando además que también el laico puede colaborar.
