Fue dedicado a San José y se importó una imagen que aun se mantiene. El altar fue traído de Italia y los vitrales llegaron desde Alemania.
La estructura es de madera y las fachadas están recubiertas con láminas metálicas que dan la impresión de ladrillos. El interior está hecho de tablilla de madera biselada.
Las paredes y el cielorraso poseen diseños geométricos decorativos, mientras que los pisos muestran mosaicos antiguos. Sobre el pórtico de entrada luce un campanario central con un reloj, también traído de Italia, entre otros elementos.
El Centro de Patrimonio Histórico destaca el gran valor artístico y arquitectónico del templo, así como el valor científico, histórico y social. “Es un exponente casi único, incluso en la región Caribe, que representa la influencia de la cultura anglo-antillana en el país”, dice un comunicado enviado por la institución.
El templo se sostiene y se mantiene gracias con el aporte del mismo pueblo pues, a pesar de ser Patrimonio Nacional, el Estado no brinda ningún tipo de aporte económico en ese sentido. El Padre Edgar Castillo expone que hay un Consejo Administrativo que organiza rifas y ventas de comidas.
Alberto Granados Fernández, miembro del Consejo Administrativo del Templo de Aquiares, comentó que: “Para nosotros es un tesoro contar con este templo en las condiciones en las que se encuentra, intentamos tenerlo siempre bonito y limpio. Es difícil, porque al ser Patrimonio los costos de mantenimiento suben, pero hacemos el esfuerzo. No lo cambiamos por nada”.
Recientemente, tres profesionales del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural visitaron este templo y realizaron un informe técnico arquitectónico, topográfico y electromecánico del inmueble patrimonial, como parte del trabajo de asesoría, con el fin de que se le dé el correcto mantenimiento.