Por lo general, la Catequesis de Confirmación se recibe en la adolescencia, entre los 15 o 16 años de edad, sin embargo, hay personas que no realizan este proceso y, luego, cuando desean casarse o convertirse en padrinos, corren para solucionarlo.
El Sacramento de la Confirmación es uno de los tres sacramentos de la iniciación cristiana, junto con el Bautismo y la Eucaristía. Tiene como finalidad que el confirmado se fortalezca con los dones del Espíritu Santo, supone una mayor madurez en la fe y es considerado como un pentecostés personal.
El Código de Derecho Canónico establece en el canon 1065 que: “Los católicos aun no confirmados deben recibir el Sacramento de la Confirmación antes de ser admitidos al matrimonio, si ello es posible sin dificultad grave”.
Tampoco se trata de imponer un impedimento a la celebración sacramental del matrimonio, por eso es importante aclarar la frase “si es posible sin dificultad grave”, es decir, a pesar de que es un deber, el matrimonio celebrado por un católico no confirmado se considera válido.
En todo caso, los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica recuerdan el deber de todos los católicos de recibir el Sacramento de la Confirmación antes de ser admitidos al Sacramento del Matrimonio.
Por medio de un comunicado, señalan que “la valoración sobre la existencia de una dificultad grave para no recibir la confirmación antes de la celebración del matrimonio, recaerá en el sacerdote que haga la investigación previa (presentación matrimonial), quien remitirá el caso al Ordinario del Lugar (Código de Derecho Canónico, can. 134 §2), para que autorice o no la celebración de ese matrimonio en específico”.
Un ejemplo de dificultad grave sería el caso de una pareja que ya convive en unión libre o matrimonio civil, la cual pide ser admitida al matrimonio, pero uno o ambos no han recibido la Confirmación. “En este caso -explican los obispos-, se procederá a la celebración de matrimonio y se les exhortará a recibir el sacramento de la confirmación, cuanto antes”.
¿Por qué es importante?
De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, en su numeral 1313, la recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal.
“En efecto, a los bautizados el sacramento de la Confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma quedan obligados aún más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras”, señala el texto.
El Padre Mario Alberto Segura, director del Centro Nacional de Catequesis (Cenacat), explicó que el Sacramento de la Confirmación es un complemento de la iniciación de la vida cristiana, sirve para que las personas se fortalezcan y vivan su vida como hijos de Dios.
Subraya que es una manera de activar al Espíritu Santo, conferido a través del Bautismo. Precisamente durante la ceremonia de Confirmación se invoca al Espíritu Santo, por medio de la imposición de manos y de la unción con el Santo Crisma sobre los participantes.
El Padre Mario explicó que no se trata solo de madurar en la fe, sino de conocer la identidad como cristiano para convertirse en un discípulo del Señor.
Precisamente, en el caso de los adultos, el Cenacat publicó recientemente el Catecismo para la Iniciación Cristiana para Adultos (CICA). Los interesados pueden adquirirlo en las proveedurías de los secretariados de catequesis de las diócesis.
Asimismo, la mayoría de parroquias del país ofrece la Catequesis de Confirmación para Adultos, los procesos tienen una duración de seis a nueve meses. Las fechas de inscripción son después de la Pascua.
Según el Catecismo, la Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal: Une más firmemente a Cristo, aumenta los dones del Espíritu Santo, hace más perfecto el vínculo personal con la Iglesia y concede una fuerza especial para difundir y defender la fe mediante la palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo.