El derecho a la vida, en todas sus formas, es el más importante que tenemos los seres humanos, pero, en ciertas decisiones, parece que no aplicara para los indefensos y más vulnerables como la vida por nacer. No podemos ignorar la evidencia científica que confirma la existencia de una vida desde el momento mismo de la concepción ni desconocer que la criatura en el seno materno es un ser humano en gestación, distinto al cuerpo de la madre, con su propio y único código genético. Es necesario transmitir esta maravillosa realidad biológica.
El aborto es un drama en todos los órdenes, personal, familiar, social y eclesial. Lo que necesitan las mujeres y las familias, es la aceptación y el apoyo de sus familias, un acompañamiento social que las proteja, políticas públicas que les garanticen una maternidad segura y saludable y que faciliten la adopción como una respuesta para las madres que no puedan atender a sus criaturas, además profesionales que valoren y defiendan la vida... y, por supuesto, la acogida de nuestra Iglesia y de todas las denominaciones religiosas, expresando un compromiso total a favor de la vida.
En estos días en que contemplamos, agobiados y desolados, la dolorosa situación en Ucrania, donde se violentan sistemáticamente los derechos humanos, se rompen todos los canales de diálogo y de soluciones diplomáticas, donde la arrogancia llega a violentar, destruir y matar, es dónde más tenemos que afirmar el valor absoluto de la vida humana, el derecho, que tenemos todos a una vida en paz y bienestar, que corresponda a nuestra dignidad de personas.
Nos preparamos para votar en la segunda ronda electoral participando como ciudadanos con responsabilidad y según nuestras convicciones personales. Hacemos un vehemente llamado desde ya a quien el voto democrático elija como presidente a poner como máxima prioridad a la persona, en su derecho más básico que es el derecho a vivir, en todo el arco de la vida, desde su concepción hasta la muerte natural.
Clamamos al Dios de la Vida para que avance en la humanidad la conciencia y la cultura de aprecio, respeto y promoción de la vida humana, particularmente de la no nacida.
Mons. Bartolomé Buigues Oller T.C. P. Hernán Federico Chaves R.
Presidente de CONABIET Secretario ejecutivo CONABIET