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“No hay verdadera democracia sin justicia social”

By Febrero 02, 2022
Mons. José Rafael Quirós, Arzobispo de San José. Mons. José Rafael Quirós, Arzobispo de San José.

La Arquidiócesis de San José abarca los territorios que concentran la mayor densidad poblacional del país. En virtud de este peso, de cara a los comicios de este 6 de febrero, entrevistamos a Monseñor José Rafael Quirós, Arzobispo Metropolitano, quien, en el campo social, advierte la necesidad de una verdadera política social, integral e integradora de todos los programas, y conectada con una política económica que favorezca la equidad y la promoción de los sectores empobrecidos.

Monseñor, estamos convocados una vez más a elecciones nacionales este 6 de febrero, sin embargo, se vislumbra una segunda ronda electoral, ¿siente, como otros, que la verdadera campaña política iniciará el 7 de febrero?, ¿qué principios deben orientar este camino hacia la elección de las nuevas autoridades políticas de nuestro país?

La ciudadanía ha sido convocada para esta primera ronda, la que tenemos que vivir de manera responsable, tratando de conocer las propuestas de cada una de las candidatas y candidatos. Claro que en orden a la responsabilidad y reciprocidad, de actuar en democracia, quienes se postulan deben presentar a los ciudadanos, proyectos concretos ante las urgencias que tiene el país. Dado que en la segunda ronda muchos electores darán su apoyo a una persona por quien no votaron en la primera ronda, los candidatos o candidatas que pasen al balotaje deberán mostrar una mayor inclusión de los anhelos de toda la población, y no solo de sus partidarios originales.

 

Con 25 candidatos es materialmente imposible poder tener presentes todas sus propuestas sobre los distintos temas, ¿alimenta esta fragmentación el populismo que privilegia el sentimiento a la razón y las emociones a las ideas?, ¿es deber como Iglesia prevenir de ello a los votantes?

Existe ciertamente el peligro del populismo como ha ocurrido en otros países del mundo, por lo que hay que dejar de lado las emociones y el mero sentimiento, para dar paso a la razón, donde mediante análisis objetivos permitan hacer una elección plenamente consciente y responsable. Considero que juegan un papel importante los medios de comunicación y quienes desde su especialidad en economía, ciencias sociales y políticas, objetivamente digan a los ciudadanos qué se pretende con cada propuesta y en qué medida responde a las urgencias país.

Pero es igualmente importante y necesario conocer el pensamiento y planes de los candidatos y candidatas a diputados, esos planes deberían tener la misma difusión, puesto que se trata de quienes aspiran a llegar al primer poder de la República. Esto requiere un mayor esfuerzo de la persona electora para informarse.

 

¿Cuál es, a su juicio, la prioridad nacional a la cual debe de dedicarse desde su primer día de mandato quien quede electo como Presidente de la República?

Creo que en primer lugar se ha de responder a las urgencias entre dichas prioridades. Es urgente responder a temas como el desempleo, la pobreza, la educación en su auténtico sentido de no solo transmitir conocimientos intelectuales, racionales sino también valores éticos. Una reactivación económica y todo lo que tiene que ver con el orden financiero, pero con rostro humano. Trazar un plan de respuesta a la realidad sanitaria post-covid. A esto antecede que los gobernantes cuenten con un excelente equipo de trabajo, que colabore en hacer los cambios necesarios en el aparato estatal, que responda en verdad al bien común.

 

El 23 de setiembre anterior, usted le pidió a los candidatos compromiso para servir a los empobrecidos y a los vulnerables de nuestro país, ¿considera que este llamado ha tenido un eco concreto en las propuestas de los candidatos?

Posiblemente sí ha incidido, habría que consultar a los candidatos. La solicitud está expresada. Considero que existen propuestas al respecto que requieren mayor operatividad, tomando en consideración los obstáculos que a todos los niveles se deben remover. Pienso por ejemplo en los compromisos adquiridos por el país a nivel del comercio internacional. Habrá que generar políticas públicas que atiendan la enorme desventaja que tienen los pequeños agricultores, cuando tienen que competir, sin las herramientas y recursos adecuados, con grandes importaciones de productos agrícolas. Se requiere dar prioridad a nuestros productores agropecuarios desde una dinámica con el sello de justicia social, que beneficie a productores y consumidores. Hay que sustituir los números, las cantidades y ventajas de unos cuántos, por la justicia social efectiva. No hay verdadera democracia sin justicia social.

Más que seguir multiplicando programas, lo que se necesita es una verdadera política social, integral e integradora de todos los programas, y conectada con una política económica que favorezca la equidad y la promoción de los sectores empobrecidos.

 

Situaciones como la corrupción y el tráfico de influencias tienen un origen compartido y es el abandono del bien común como norte de la función pública, ¿ha caído entre espinos la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia?, ¿somos parte del problema al no conseguir coherencia entre fe proclamada y fe vivida?

Dolorosamente la corrupción y sus acompañantes, no han estado ausentes en la historia de la humanidad y de nuestro país. La tentación de aprovechar en beneficio propio el poder del que se goza, está ahí. Sin embargo, es un cáncer social que se tiene que extirpar mediante convicciones éticas profundamente arraigadas. Desde nuestra fe estamos convencidos, de que quien se deje guiar por la acción de Dios en su vida, tendrá la capacidad de rechazar todo tipo de propuesta que atente contra la honestidad y el bien común.

En una democracia participativa se requiere el concurso ciudadano que demande revisar lo que judicialmente corresponda, a fin de tener en verdad una justicia pronta y cumplida. También queda claro, por los hechos más recientes, que deben robustecerse los mecanismos de control y transparencia de la gestión pública.

 

“La prepotencia nunca ha dado buenos resultados en ningún campo; considero que el reconocer las propias limitaciones es de valientes y honestos, por lo que veo oportuno que se asuma el estilo tico de gobernar, respetando el camino democrático recorrido”.

Mons. José Rafael Quirós Q.

Arzobispo de San José

 

La cultura del diálogo, que en otros momentos de la historia ha dado tantos frutos a nuestra sociedad, ¿siente que se ha debilitado?, ¿se recurre hoy al diálogo social únicamente como mampara para dilatar el tiempo o debilitar el clamor social?, ¿qué aconseja en este sentido a quienes resulten electos?

No me atrevo a dar consejos, pero sobre la base de experiencias vividas en años anteriores, son una burla los diálogos mediáticos que no llegan a ningún resultado. Tanto de parte de quienes gobiernan como de quienes solicitan el diálogo, se requiere la capacidad de escucha y reflexión, no llegar de antemano con actitudes cerradas y polarizadas de querer cada quien lograr su objetivo, sino, saber escuchar y procurar lo que más conviene no solo a los gremios, agrupaciones o gobernantes, sino lo que responda a la construcción del bien común. El país es de todos los que habitamos en este territorio.

 

El Papa Francisco acaba de hablarnos de la humildad necesaria para acercarnos al misterio de la fe, ¿es la humildad también una virtud necesaria en un gobernante?, ¿puede alguien solo tener las respuestas para todos los problemas?, ¿qué espera usted en este sentido de un nuevo gobierno?

La prepotencia nunca ha dado buenos resultados en ningún campo; considero que el reconocer las propias limitaciones es de valientes y honestos, por lo que veo oportuno que se asuma el estilo tico de gobernar, respetando el camino democrático recorrido, que implica que, además del conocimiento y destreza que se requiere en un gobernante, que tenga un excelente equipo que le ayude, en el que se combine la madurez de los experimentados con la innovación de la juventud. Considero fundamental que el gobernante sepa escuchar al pueblo, el soberano que lo ha elegido.

 

La Iglesia no participa en la política pero sí la ilumina y enriquece con su reflexión, ¿busca para sí la Iglesia algún beneficio o privilegio en esta misión?, ¿qué la anima cuando levanta la voz para defender principios y valores que son irrenunciables?

Cabe recordar la máxima evangélica, “Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.” (Mateo 22, 21). Ciertamente por normativa canónica en primer lugar, y por normativa electoral, los clérigos no debemos participar en actividad política partidaria. En lo específico de lo político, económico, social etc., los conocedores de estas ciencias son los llamados a iluminar desde su conocimiento.

Como Iglesia hemos sido enviados a anunciar la Buena Noticia, que ilumina y dinamiza la vivencia ética, solidaria, caritativa, desde la justicia, colocando al ser humano en el centro de todo. Por ello, al Cesar corresponde todo lo técnico, pero no tiene autoridad para quitarle a Dios lo que es de Dios. Es fundamental que se siga respetando la libertad religiosa como derecho humano inalienable, algo en lo cual se ha fallado, violentando la posibilidad hasta de elevar una oración. ¿Cuál es el temor que en los espacios públicos se pueda elevar una oración a Dios?

 

Entrando en aspectos específicos, ¿percibe que temas como la familia y la vida, la libertad y la educación religiosa, así como las relaciones del Estado con la Iglesia han estado fuera de esta campaña?, ¿considera que sería importante incluirlos de cara a una segunda vuelta electoral?

Considero que esos temas son fácilmente manipulables con fines eminentemente electoreros, lo hemos visto en campañas anteriores en las que se han polarizado grupos en la sociedad. Temas como matrimonio, familia, vida y otros, su lugar de análisis y discusión es la Asamblea Legislativa, donde se supone que con la altura que requieren, sin manipulaciones ni estrategias ideológicas se tomen decisiones serias, que respondan a la cultura costarricense y al mejor bien de todas las personas. El verdadero progreso asume objetivamente aquello que en la historia humana ha dado resultados positivos.

En relación a la asignatura de Educación Religiosa escolar, no es un privilegio otorgado a la Iglesia por el Estado o los gobernantes, sino que responde a un derecho humano de los padres, madres y responsables legales de los estudiantes. Asimismo, se debe desmentir el atrevimiento de algunos cuando afirman que la Iglesia recibe mucho dinero del Estado respecto al funcionamiento de los colegios subvencionados. El destino de la ayuda estatal es para el pago directo de los educadores y se maneja con toda transparencia por ser fondos públicos. Así, a las cuentas de Temporalidades de la Iglesia no ingresa dinero por este concepto. Por tanto, de nuestra parte no existe interés económico alguno en esta área, más bien se devuelve con creces el dinero que se invierte, pueden comprobarlo. Nuestro principal interés es el servicio.

Por ello también, desde las comunidades parroquiales continuaremos atendiendo a los más necesitados, como ha sido desde siempre. Aprovecho el espacio para agradecer de todo corazón a los sacerdotes, a miembros de la vida consagrada, a las comunidades parroquiales, todo lo trabajado para llevar alimento y consuelo a muchos hermanos en esta pandemia. Igualmente agradezco a los empresarios que en coordinación con la Iglesia han contribuido generosamente.

Last modified on Miércoles, 02 Febrero 2022 10:38
Martín Rodríguez González

Periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación Colectiva y egresado de la maestría en Doctrina Social de la Iglesia. Trabaja en el Eco Católico desde el año 2002 y desde el 2009 es su director.

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