Memoria: 7 de enero.
Santo Patrón de los juristas, de los abogados y del Derecho Canónico.
Maestro
Nació en España y fue un Presbítero perteneciente a la Orden de Predicadores (Dominicos). Desde muy joven se dedicó a los estudios filosóficos y jurídicos. Se dedicaba a enseñar esas dos ramas de las ciencias sociales. Se dice que el sueldo que recibía lo utilizaba para ayudar a los más necesitados. Raimundo recibió el hábito en el convento dominico de Barcelona en 1222.
Al servicio de la Iglesia
De 1223 a 1228, acompañó al legado papal Jean d'Abbeville en su recorrido por los reinos hispánicos para implantar la reforma y decisiones del Concilio de Letrán IV. Con d'Abbeville viajó hasta Roma en donde alcanzó el rango de capellán y penitenciario (1232) del Papa Gregorio IX, quien le encargo la elaboración de las Decretales, posiblemente su escrito más importante y el cual sirvió de base para el Derecho Canónico actual.
Agradecimiento del Papa
Como reconocimiento a los servicios prestados, Gregorio IX le concedió la regla agustiniana por la que se normalizó la Orden de la Merced, que el Santo apoyaba. El Papa también quiso premiarle con la concesión del arzobispado de Tarragona pero Raimundo estaba muy enfermo y declinó. Luego regresó a Barcelona para incorporarse al convento. Años después se convirtió en Superior General.
Superior general
En 1238, el capítulo general de su orden le confió la revisión del texto de sus Constituciones. Como Superior General de la orden, se encargó de visitar los principales conventos así como la obtención de bulas papales para el desarrollo de la Orden y la integración de la rama femenina dentro de los dominicos.
Muerte y canonización
San Raimundo destacó por su labor pastoral y misionera, como la conversión de musulmanes. Murió casi a los cien años, el 6 de enero de 1275 y fue canonizado en 1601.
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