Nació en Loyola, España, el 23 de octubre de 1491 como Íñigo López de Recalde. Es el fundador de la Compañía de Jesús. Su primera dedicación fueron las armas, pero, tras resultar herido cambió de orientación: la lectura de libros piadosos le decidió a consagrarse a la religión.
Se retiró a hacer penitencia y oración en Montserrat y Manresa, donde empezó a elaborar el método de los Ejercicios Espirituales (1522). Luego peregrinó a los Santos Lugares de Palestina. De regreso a España comenzó a estudiar para afrontar su apostolado.
Sus primeras actividades le hicieron sospechoso de heterodoxia. En Castilla fue procesado, se le prohibió la predicación (1524) y hubo de interrumpir sus estudios.
Luego en París consiguió reunir a seis compañeros a los que comunicó sus ideas y con los que sembró el germen de la Compañía de Jesús, haciendo juntos votos de pobreza y apostolado.
Ante la imposibilidad de marchar a hacer vida religiosa en Palestina, por la guerra contra los turcos, se ofrecieron al Papa Pablo III, quien les ordenó sacerdotes (1537).
En los años siguientes se dedicaron al apostolado, la enseñanza, el cuidado de enfermos y la definición de la nueva orden, cuyos estatutos fueron aprobados en 1540.
Aquejado de graves problemas de salud, San Ignacio alcanzó a ver la expansión de la Compañía por Europa y América, con una fuerte presencia en la educación de la juventud y en el debate intelectual, en el apostolado y en la actividad misionera. Murió en 1556.
San Ignacio fue canonizado en 1622 por Clemente XV.