El Hijo del Hombre vendrá de sorpresa, cuando la gente menos lo espera (Mt 24,44). Puede ser hoy, puede ser mañana. Por esto, el mensaje final de la parábola de las diez vírgenes, es el siguiente: “estén prevenidos”.

Muchas veces en la Eucaristía o en la predicación, hemos escuchado esta hermosa parábola de Jesús, de las diez muchachas, cinco sensatas y cinco necias. Vayamos, pues, al texto correspondiente de Mateo 25,1-12:

Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.  Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,  mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.

Pero a medianoche se oyó un grito: "¡Ya viene el esposo, salgan a su encuentro!".  Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: "¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?". Pero estas les respondieron: "No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado". Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: "Señor, señor, ábrenos", pero él respondió: "Les aseguro que no las conozco". Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.

Unas prudentes y otras sin fundamento

La parábola es exclusiva de San Mateo y la encontramos dentro del llamado “Discurso Escatológico” (Mt 24-25), que trata de la consumación del Reino de Dios. La parábola empieza con esta palabra: “Por eso”. Se trata de la venida del Hijo del Hombre (ver  Mt 24,37). El Hijo del Hombre vendrá de sorpresa, cuando la gente menos lo espera (Mt 24,44). Puede ser hoy, puede ser mañana. Por esto, el mensaje final de la parábola de las diez vírgenes, es el siguiente: “estén prevenidos”. Como aquellas diez muchachas deben estar preparadas para cualquier eventualidad.

• Mateo 25,1b-4: La parábola empieza así: “el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo”. Tiene como trasfondo bíblico una celebración de bodas (Cant 1,4; 2,8; 5,2). Se trata de muchachas que debían acompañar al novio para la fiesta de la boda. Para esto, ellas debían llevar consigo las lámparas, sea para iluminar el camino o la fiesta. Cinco de ellas eran sensatas y cinco eran sin fundamento. Esta diferencia aparece con claridad en la manera en que se preparan para la tarea que deben desempeñar. Junto con las lámparas encendidas, las sensatas llevaron consigo también una aceitera de reserva. Se preparaban para cualquier eventualidad. Las vírgenes sin fundamento se llevaron sólo las lámparas, sin pensar en llevarse un poco de aceite, por aquello …

• Mateo 25,5-7: El novio se atrasa o se demora. No había una hora determinada para que llegara. En la espera, ellas se quedan dormidas, sin embargo las lámparas siguen gastando combustible y se van apagando poco a poco. De repente, en medio de la noche, se oye un grito: "¡Ya viene el esposo, salgan a su encuentro!". Todas ellas se despiertan y empiezan a preparar las lámparas que casi se apagaban. Debían reponer el aceite para poder seguir alumbrándose.

• Mateo 25,8-9: Solamente ahora las necias se dan cuenta de que olvidaron llevar consigo el aceite de reserva. Y se fueron a pedir aceite a las prudentes: “¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?". Las prudentes no pudieron atender este pedido, porque en aquel momento, lo que importaba no era que ellas compartieran su aceite con las demás, sino que estuvieran listas para acompañar al novio hasta el lugar de la fiesta. Por esto aconsejan: “es mejor que vayan a comprarlo al mercado".

• Mateo 25,10-12: Las jóvenes necias siguen el consejo de las prudentes y van a comprar aceite. Durante esta breve ausencia de la compra, llega el novio y las prudentes pueden acompañarlo a la fiesta de las bodas. Y la puerta se cierra detrás de ellas. Cuando llegan las otras, llaman a la puerta y piden: “Señor, señor, ábrenos”. Y reciben la respuesta: “Les respuesta: “Les aseguro que no las conozco".

• Mateo 25,13: La historia de esta parábola es muy sencilla y la lección es evidente. “Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora”. Enseñanza de la historia: “no seas superficial, mira más allá del momento presente, trata de descubrir el llamado de Dios hasta en las mínimas cosas de la vida, hasta en el aceite que falta en la lámpara”.

Enseñanza de la historia: “no seas superficial, mira más allá del momento presente, trata de descubrir el llamado de Dios hasta en las mínimas cosas de la vida, hasta en el aceite que falta en la lámpara”.