El Apóstol de los gentiles, Saulo de Tarso, convertido en el gran San Pablo, del cual el libro de los Hechos de los Apóstoles le dedica más de la mitad de su obra. A tal punto que nos vemos tentados a llamar “Hechos de San Pablo”, a los capítulos 13 al 28, que es la tercera parte y última etapa del programa misionero trazado por Jesús y realizado por Pablo (Hech 1,8). Siendo conscientes de que es muy difícil, en tan corto espacio, contar con detalle todo lo que hizo San Pablo, ponemos una especie de cronología de su vida, siguiendo a San Lucas y dejando, como tarea personal, la lectura de los textos de los Hechos que ponemos a continuación:

• Nació con el nombre de Saulo o Saúl (¿año 10 d. C?). Ciudadano romano, de la tribu de Benjamín, vive su juventud estudiando en Jerusalén a los pies de Gamaliel y siendo estricto fariseo (Filip 3)
• Aparece por primera vez en el martirio de Esteban (Hech 7,58; 8,1) y organiza una persecución contra los cristianos helenistas de Jerusalén (Hech 8,1b-3). Año 34.
• Camino de Damasco se encuentra con Cristo Resucitado (Hech 9) y se “convierte” de perseguidor de Jesús y los cristianos, a un enviado por el Señor (año 36).
• Predica en Damasco y es presentado a los cristianos de Jerusalén (Hech 9,19b-30).
• Estando viviendo en su ciudad natal de Tarso, se establece en la comunidad cristiana de Antioquía de Siria (Hech 11,25-30; 12,24-25). Año 37.
• Junto con Bernabé y Juan Marcos, organiza su primer viaje misionero, enviado por los antioquenos (Hech 13,1-3), evangelizando Chipre y Galacia en Asia Menor (Hech 13-14). Años 46.
• En torno al año 49 d. C. participa en el llamado Concilio de Jerusalén (Hech 15).
• Inicia su segundo viaje misionero, esta vez acompañado de Silas, por Asia Menor hacia Macedonia y Acaya (Hech 15,36-18,23), llegando por primera vez a Europa. Año 49.
• Regresa a Jerusalén (Hech 18,19-21) y a continuación inició su tercer viaje misionero Éfeso como centro, Macedonia, Ilírico y Acaya (Hech 18,24-21,14). Años 53-58. Luego, visitó a la comunidad de Jerusalén por última vez, llevando donativos de las comunidades fundadas por él y siendo recibido calurosamente por Santiago, el hermano del Señor (Hech 21,1-16).
• Es atacado en el templo de Jerusalén, cuando quiso presentarse a realizar un voto de nazireo, junto a otros hombres y es aprisionado (Hech 21,17-36)
• La intervención de los romanos y su traslado a Cesarea Marítima salvaron su vida (Hech 22-23), si bien permaneció encarcelado allí hasta el año 60 (Hech 24).
• Vista su causa por el procurador Festo, en presencia del rey Agripa, Pablo apeló al César, lo que decidió su traslado a Roma, hacia donde partió en el mes de setiembre del año 60.
• Después de un terrible y accidentado viaje, que incluyó un naufragio (Hech 27-28), Pablo llegó a Roma en el mes de febrero del año 61 (Hech 28,11-16).
• Durante dos años (61-62, San Pablo permaneció prisionero en Roma (“casa por cárcel”), en situación de libertad vigilada (Hech 28,17-31). Y ya no sabemos más de él…

¿Amplia información de su vida?

De ningún otro personaje bíblico hay una información tan amplia y directa en las Sagradas Escrituras, como de San Pablo. Ni siquiera de Jesús, ni de los apóstoles más famosos como Pedro, Santiago y Juan, tenemos datos tan completos. Esto se debe a dos escritos importantes del Nuevo Testamento: el libro de los Hechos de los Apóstoles, centrado casi completamente en la figura de Pablo, luego una colección de cartas escritas por el mismo Pablo. Por eso, muchos piensan que es fácil conocer la vida de este apóstol.

Sin embargo, si hacemos un estudio más cuidadoso de estos documentos, vemos que las cosas se complican. Primero, porque de las trece cartas atribuidas a Pablo en el Nuevo Testamento, sólo siete hoy son aceptadas como auténticas, es decir, escritas por él (1 Tes, 1 -2 Cor, Gál, Rom, Filip y Flm); las restantes, por sus discípulos, después de su muerte (Col, Ef, 1-2 Tim, Tit y 2 Tes). Y segundo, porque el libro de Los Hechos de los Apóstoles, que tan detalladamente habla sobre San Pablo, contradice en muchas cosas a sus cartas. Lo cual nos muestra que San Lucas, autor de los Hechos, no conocía del todo la vida de este apóstol. Basta, como ejemplo, notar que en su obra, no menciona ni una sola vez que Pablo haya escrito cartas a ninguna Iglesia.

¿Por qué, entonces, San Lucas habla tan minuciosamente sobre San Pablo? Es que él no pretendió contar en su libro la “biografía” exacta del Apóstol, sino mostrar cómo gracias a Pablo, la Palabra de Dios logró extenderse por todo el mundo antiguo, hasta llegar a Roma. Por eso, el libro de los Hechos termina de modo abrupto. Dice que Pablo después de realizar varios viajes por el Asia Menor, fue apresado y llevado a Roma en el año 60, y que allí permaneció dos años en una casa que alquilaba, predicando la Palabra de Dios (Hech 28,30). Nada más.

Como hemos afirmado, San Lucas sólo quería mostrar cómo la Palabra de Dios pudo arribar hasta Roma de la mano de Pablo (Hech 1,8). Llegado a este punto, ya no le interesó continuar su libro y sencillamente le dio fin aquí. Pero ¿qué sucedió luego con San Pablo? ¿Fue liberado? ¿Lo mataron? Es imposible saberlo. Según una antigua tradición, en julio del año 64 d. C. el emperador romano Nerón desató una persecución contra los cristianos de Roma, y entre las víctimas que cayeron en esa ocasión, estuvo también Pablo. ¿Cómo lo mataron? Al parecer, un verdugo le cortó la cabeza con una espada.