El dolor toca a muchos hogares costarricenses que sufren la pérdida de una de sus integrantes víctimas de actos de violencia contra las mujeres.
Según estadísticas del Observatorio de Género del Poder Judicial, al 28 de agosto de este 2020, de 51 muertes violentas de mujeres se han registrado 9 femicidios a manos de parejas, conocidos, o acechadores sexuales.
La justificada indignación social se ha acrecentado con las últimas noticias relacionadas con los casos de las jóvenes Allison Bonilla y María Luisa Cedeño.
La Iglesia, en la persona de Monseñor Javier Román, Obispo de Limón, ha recordado que “la violencia no deja de herirnos como sociedad”.
El Prelado, se refiere particularmente a la violencia contra las mujeres que se ha convertido en nuestro país en noticia cotidiana “en algo permanente a lo que no podemos acostumbrarnos jamás, ni ser indiferentes ante la desaparición y muerte de mujeres”.
Exigimos justicia, exigimos seguridad para las mujeres y para todos los habitantes de nuestro país, exigimos acciones contundentes de las autoridades, rendición de cuentas de aquellas instituciones que tienen como objetivo su protección y una nueva conciencia social sobre la necesidad de traer paz a nuestras relaciones humanas, paz en las carreteras, en las familias, en los trabajos, en las redes sociales, en la política, el deporte y en todos los ámbitos de la vida. No más muertes violentas, no más agresiones”, escribió a través de sus redes sociales.
Fnalmente el obispo expresó su oración y su cercanía espiritual con las familias de todas las mujeres que en nuestro país han muerto de forma violenta “que el Señor les dé su paz y la justicia terrena una respuesta a su infinito dolor”, escribió.