“Tememos que aquí ocurra lo mismo que pasó en España o Italia en las residencias de ancianos”, advierten organizaciones que velan por la protección de personas adultas mayores.
Según calculan, en Costa Rica un 90% de los Hogares de Ancianos de bien social, es decir, sin fines de lucro, no tendrían la capacidad para hacer frente a un caso de Covid-19 de uno de sus beneficiarios y, en algunos, ni siquiera eso sería posible.
El Dr. Norbel Román, geriatra y miembro de la Asociación Médicos por la Vida, lucha porque en el país no tenga lugar un desastre humanitario entre la población adulta mayor como en España, donde los especialistas culpan al gobierno por no tomar acciones a tiempo.
En esa nación europea han muerto cerca de 20 mil ancianos en residencias tanto públicas como privadas. En muchas situaciones han fallecido solos, sin atención médica oportuna y apartados totalmente de sus familiares y seres queridos.
Costa Rica es uno de los países de América Latina con mayor porcentaje de población adulta mayor, además cuenta con la mayor tasa de esperanza de vida de la región y una de las más altas a nivel mundial.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) en el país hay más de 850 mil adultos mayores (cerca de un 17% del total de habitantes).
Ninguno solo
Médicos por la Vida, la Asociación para el Bienestar de Personas Mayores Heredianas (ABIPAM) y la Federación Cruzada Nacional de Protección al Anciano (Fecrunapa), se unieron para llevar a cabo la campaña “Ninguno Solo”, con el objetivo de capacitar al personal de los Hogares de Ancianos de bien social en prevención del Covid-19 y brindar asesoría para reducir el riesgo de contagio.
Román detalló que en Costa Rica hay unos 3360 usuarios, distribuidos en 79 albergues, los cuales no siempre cuentan con especialistas o personal capacitado en medidas de higiene y seguridad necesarias en una situación de pandemia como la actual.
Viendo la necesidad, estas organizaciones decidieron llevar a cabo una serie de capacitaciones y asesorías a casi la totalidad de los hogares sin fines de lucro de todo el país.
En el camino han encontrado que la limitación de recursos genera grandes dificultades para cumplir con todos los lineamientos del Ministerio de Salud.
“El 90% de los Hogares de Adultos Mayores de bienestar social no tiene la capacidad de mantener un usuario en aislamiento. Es una situación alarmante (…) si se enfermaran el 10 o el 20% de los usuarios no podrían atenderlos y en este momento hay un colapso en los hospitales”, comentó el Dr. Román al Eco Católico.
“Si pudiéramos evitar la muerte de muchos sería extraordinario, lo venimos diciendo desde hace meses, pero no ha habido respuesta. El Ministerio de Salud mandó una lista de cosas que (los hogares de ancianos) deben tener, pero no los materiales, imposibles de adquirir para ellos”, indicó.
Román teme que suceda lo mismo que ha pasado en otros países donde son tantos los casos que se ha decidido escoger a quién salvar y a quién no, “en estos casos, los adultos mayores llevan las de perder”, dijo.
Cuestionó que: “Si 300 adultos mayores se enferman ¿a dónde van a ir? ¿qué decisión va a tomar la Caja (Costarricense de Seguro Social)? Los médicos van a tener que escoger. Estamos a poquísimo tiempo de evitarlo”.
Falta de recursos
Daniel Solís, representante de Fecrunapa y trabajador social, constata los problemas económicos que enfrentan los hogares, situación que se agrava con el aumento de los precios del equipo de protección necesario.
Pone por ejemplo que un paquete de mascarillas quirúrgicas que antes compraban en 8 mil colones ahora tiene un costo de más de 20 mil y, en ocasiones, los proveedores tienen faltante de producto.
Lo mismo sucede con los tapabocas, gorros, botas y las batas desechables, esta últimas -señala- pasaron de costar 12 mil a 20 mil colones.
En la situación actual, los Hogares de Ancianos no han podido realizar actividades para recaudar fondos, tales como bingos o bailes, lo cual ha representado un duro golpe en sus finanzas.
El trabajador social expone que, si los Hogares tienen dificultades económicas para brindar su servicio normal, la cuestión se torna aun más complicada cuando se trata de los recursos para hacer frente a la pandemia.
Si apareciera un caso de Covid-19 por parte de uno de los usuarios se haría necesario aislarlo, para esto se requiere un cuarto de aislamiento, es decir, se necesita infraestructura nueva, así como equipo de protección, personal de cuido específico, mayor limpieza y desinfección.
Calculan que atender un paciente de Covid-19 al mes rondaría los 4 millones de colones, suma que bien podría representar una parte importante de todo el presupuesto mensual.
Solís lamenta que no haya articulación interinstitucional y que no se discuta sobre esta situación para buscar soluciones o alianzas.
Señala además que los lineamientos del Ministerio de Salud piden seguir el protocolo del Conapam, no obstante, este sigue sin estar listo, tras casi cuatro meses de que se decretara la Emergencia Nacional.
Otro riesgo que preocupa a las organizaciones es que en los Hogares de Ancianos es constante el traslado de usuarios a los hospitales o clínicas para recibir atención médica.
En uno de estos viajes podrían contagiarse con el virus, como ya sucedió con un adulto mayor del Carlos María Ulloa, quien se contagió del Covid-19 después de haber estado en un Hospital, en este caso, gracias a Dios, el Hogar reunía las condiciones para atenderlo.
Eco Católico intentó hablar con algún vocero de Conapam, sin embargo, no hubo respuesta de la institución, a pesar de las llamadas telefónicas que se realizaron y los correos electrónicos que se enviaron.
Hacemos lo posible
Norman Alfaro Vargas es director del Hogar de Ancianos San Vicente de Paul, en San Carlos, donde se atiende a una población de 68 adultos mayores, explicó que tienen capacidad para 75 usuarios, sin embargo, debido a las circunstancias decidieron dejar camas vacías para reducir gastos.
Detalló que los fondos recibidos por Fondo de Desarrollo y Asignaciones Familiares (Fodesaf), Conapam y la JPS sirven para cubrir cerca del 60% de las necesidades.
El otro 40% lo cubren gracias a la realización de actividades como bingos, subastas y otros, sin embargo, estas no pueden llevarse a cabo.
“El Ministerio de Salud nos da los lineamientos, pero no toma en cuenta que los Hogares no tenemos recursos para poderlos cumplir”, denunció. Y añadió: “De acuerdo con el Conapam la atención a un adulto mayor ronda los 630 mil colones por mes, y atender un caso de Covid-19 representa unos 4 millones, es dinero que no tenemos, por lo que hemos tenido que dejar de brindar el servicio”.
Otra situación es que, si en un área del hogar aparece un caso, todos los trabajadores deben ir a cuarentena, es decir, tendrían que contratar nuevo personal o pagar horas extra.
Afirma que se han preparado para reducir en lo posible la propagación del virus, sin embargo, cree que sería una catástrofe que comenzaran a aparecer casos en algún Hogar de Ancianos.
Este reportaje fue publicado originalmente en la edición digital del Eco Católico del pasado 19 de julio. Usted puede recibir primero nuestras informaciones con un plan semestral. Ingrese a este enlace y suscríbase hoy mismo.
