La catástrofe global predicha por las teorías malthusianas no se produjo, de hecho hubo un mayor crecimiento en la tasa de aumento de los recursos alimentarios del previsto.
No obstante, esto no quiere decir que no haya que cambiar modelos y formas de vida. Puede haber recursos para todos, pero si estos no se distribuyen de manera equitativa o de manera que alcance para cada uno.
En la Encíclica Laudato Si´, el Papa Francisco señala: “En las condiciones actuales de la sociedad mundial, donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos básicos, el principio del bien común se convierte inmediatamente, como lógica e ineludible consecuencia, en un llamado a la solidaridad y en una opción preferencial por los más pobres” (Num. 158).
Justamente, más que culpar a individuos, quienes en ocasiones ni siquiera han nacido, la cuestión pasa más por la administración de los recursos y el comportamiento social.
Por poner un ejemplo en el marco de la Copa Mundial de Fútbol, Catar, un país con un territorio similar al de la provincia de Puntarenas y con apenas 3 millones de habitantes tiene una contaminación per cápita es 15 veces mayor a la de Brasil, cuya población es de 215 millones de habitantes, cifras que pueden ser consultadas en Datosmacro.com.
De hecho, la propia Oxfam, un organización que promueve el aborto y políticas similares en los países, señala que el 1% más rico de la población emite más del doble de carbono que la mitad más pobre de la humanidad.
Asimismo, el denominado “Índice de desperdicios de alimentos 2021” indica que en el año 2019, hubo 931 millones de toneladas de alimentos desperdiciados. Esto quiere decir que el 17% de la producción total de alimentos en el mundo fue a parar a la basura, la mayoría se desecha en los hogares.
Costa Rica tiene menos hijos
Por otro lado, Costa Rica apenas representa el 0,06% de la población mundial, por lo que en temas de crecimiento poblacional a nivel global su impacto es prácticamente nulo. No obstante tiene retos en el tema demográfico.
Justamente, el año pasado, el país alcanzó la tasa de fecundidad más baja de los últimos 11 años (1,3 hijos por mujer en edad fértil). De acuerdo con el INEC, en 2011 las mujeres tenían, en promedio 1,8 hijos, cifra aun por debajo de la llamada tasa de reemplazo (estimada en 2,1 hijos por mujer al menos).
Esto es importante para analizar temas como la crisis en el sistema de pensiones y tomar decisiones, es decir, en Costa Rica cada vez hay más adultos mayores y cada vez hay menos niños y jóvenes que a futuro cotizarían para la sostenibilidad del régimen de pensiones.
En esa línea, cabe mencionar los problemas demográficos enfrentados por los países europeos, fenómenos conocido como el “invierno demográfico”.
Alcanzar los 8.000 millones de seres humanos sirve para recordar el principio del destino universal de los bienes. “Este principio se basa en el hecho que el origen primigenio de todo lo que es un bien es el acto mismo de Dios que ha creado al mundo y al hombre, y que ha dado a éste la tierra para que la domine con su trabajo y goce de sus frutos (cf. Gn 1,28-29)”.
“Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno”, detalla el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia en su numeral 171.