No oro porque voy a enseñarle a Dios algo ni para convencerlo. Lo hago porque en la oración encontramos fortaleza. Cuando oramos tenemos la promesa de que la oración verdadera es oída, aunque no lo parezca.
A veces tenemos el lujo de pasar tiempo en oración, y a veces solo podemos dar una oración rápida al Dios del cielo. Podrías ser llamado a la oficina del director. Podrías ser llamado a la oficina de tu jefe. Podrías ser llamado a la oficina del presidente y vas diciendo "Señor, dame sabiduría. Dame las palabras apropiadas en el momento apropiado". Hemos visto al Señor responder oraciones como esa. Ora todo el tiempo, en todas partes.
La oración nos sirve para vencer el desánimo y la depresión hay que reconocer que en nuestro caminar en Cristo, en algún punto el desánimo llega, y es algo casi inevitable, un pasaje en la Biblia nos decía ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. Por medio de la oración, Dios nos quita todo desánimo y depresión, por eso si estás pasando por un momento de desánimo, no dejes de orar, recuerda que nuestra cura es la oración.
La oración cuida nuestra mente, pues la mente determina toda la trayectoria de la vida: ¿cuáles son las metas que busco y los valores que rigen la búsqueda?, ¿cómo empleo mi tiempo e invierto mi dinero?, ¿cómo actúo en la familia y en el trabajo, cómo es mi vida social, política y cultural? Todo lo que digo y hago, lo determina una mente que está de acuerdo con Dios. La transformación de nuestra vida empieza en nuestra manera de pensar.
Cuando buscamos al Señor, Él se convierte en nuestro refugio. Dios entiende nuestras debilidades, y nos invita a acudir a Él con todas nuestras preocupaciones. Es en la intimidad de la oración que aprendemos a conocer su fidelidad, su compasión y su amor.
Entonces podemos decir, como David: “Dios mío, en ti confío” (Salmo 25.2). Cuando oramos reconocemos que nosotros no podemos por nosotros mismo. Al mismo tiempo, confiamos en que Él nos dará todo lo que necesitamos para que nosotros hagamos lo que nos corresponde conforme a la Palabra.