Face
Insta
Youtube
Whats
Sábado, 27 Abril 2024
Suscribase aquí

Creado por y para el Amor

By Daniel Josué Ruiz Castillo / Seminarista, Diócesis de Alajuela Octubre 26, 2023

Mi nombre es Daniel Josué Ruiz Castillo. Nací el 13 de junio de 1997 en el hospital Carlos Luis Valverde Vega, en San Ramón de Alajuela. Desde entonces vivo en el cantón de Palmares. Fui criado en el seno de una familia católica. Mis abuelos y abuelas siempre fueron personas de mucha fe, y de práctica religiosa constante. Mis papás siempre nos llevaban a Misa todos los domingos y rezábamos todas las noches, aunque fuera un misterio del Rosario. Sin embargo, no participábamos en ningún grupo de la Iglesia.

Desde pequeño nunca pensé en ser sacerdote. Mi anhelo siempre estuvo en el estudio de la vida silvestre, tanto de los animales vivos como de aquellos que ya habían existido hace millones de años. Por esta razón siendo niño quise estudiar paleontología. Con el paso del tiempo me fui sintiendo atraído por otras ramas del quehacer humano,como era la computación. Luego me gustó el arte de la música y de la edición de video.

En medio de este discernimiento personal sobre una posible profesión, también reflexionaba sobre el sentido existencia que tenía mi vida: ¿por qué yo existía? ¿cuál era el sentido de mi existencia? ¿qué significaba existir, ser yo mismo? Creo que esas preguntas suelen ser comunes en medio de la adolescencia, cuando la persona humana necesita definir su sentido de existir en el mundo para discernir cual es su misión en él.

Unido a este cuestionamiento existencial, también mi desarrollo afectivo se iba haciendo más complejo. En el colegio, iba observando que había compañeras que se me hacían bonitas y pensaba en la posibilidad de llegar a establecer una relación afectiva en el futuro. Incluso llegué a pedir a Dios por mi futuro matrimonio.

En medio de esta compleja unión de experiencias humanas, brotó en mi corazón una inquietud fuerte hacia la fe. Si yo decía que era católico, ¿porqué no vivía como tal? Es decir, mi anhelo espiritual me pedía una vivencia de fe más consciente y coherente de como la estaba viviendo hasta el momento. Allí fue cuando me di la oportunidad de abrirle mi corazón a Dios de una manera sencilla: comencé por poner más atención cuando el sacerdote predicaba en la homilía, y para mi sorpresa, ¡el mensaje que comunicaba me llegaba al corazón! Junto a esto, procuré ayudar más en las labores de mi hogar, no de mala gana, sino por amor a mi familia y a Dios. Procuré estar más atento a las necesidades de mis compañeros en el colegio, a ayudar a los necesitados… Fue en este contexto, en que sentí el llamado del Señor en mi vida. Un llamado a dejarlo todo para seguirlo a Él.

Hoy, ocho años después de haber iniciado mi proceso de discernimiento en el Seminario, logro mirar cómo el Señor ya había puesto su mirada en mí desde el vientre de mi madre (cf. Jr 1,5). Definitivamente puedo afirmar que Dios me creó por y para el Amor, pues en su infinita misericordia me trajo a la existencia para vivir conforme a su Voluntad. Sin embargo, todavía hay mucho camino por delante, porque la vocación no termina con el discernimiento a una vocación específica (sacerdocio, matrimonio, vida consagrada) sino que continúa toda la vida hasta llegar a la plenitud de la vida en la Eternidad, donde podré afirmar con el salmista: “cantaré eternamente las misericordias del Señor” (sal 89).

 

Síganos

Face
Insta
Youtube
Whats
puntosdeventa
Insta
Whats
Youtube
Dignitas Infinita
Image
Image
Image
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad