En su pronunciamiento conjunto, el Colegio de Médicos y la Academia señalan que existe una amplia evidencia de que el uso regular de cannabis “puede ocasionar muchos efectos en la salud a largo plazo como en el corazón, infertilidad, posibles tumores de testículo, problemas en los bebés en el útero, en la conducción de vehículos, en la producción de dependencia, adicciones, trastornos ansiedad, psicosis y alteraciones de la capacidad cognitiva”.
Incluso sus autoridades cuestionan directamente el proyecto de ley, que por ejemplo, si bien establece una cantidad máxima que se puede tener por persona, ¿quién va a controlar que esto se cumpla a cabalidad?, incluso dudan de si se estaría dejando abierta la puerta para un consumo indiscriminado legal.
“Si Costa Rica no ha tenido éxito en la regulación de sustancias adictivas como el alcohol y el tabaco, menos podrá regular con éxito la producción y el consumo de la marihuana”, expresó con contundencia el Dr. Mauricio Guardia Gutiérrez, presidente del Colegio de Médicos. En esta misma línea, el Dr. Arístides Baltodano Agüero, presidente de la Academia, confirmó que la legalización del cannabis recreativo traería consecuencias negativas impredecibles, especialmente en ciertos grupos más susceptibles de la población, como los menores de edad. “Por ejemplo, cuando se ha legitimado la marihuana para usos medicinales en otras latitudes, se ha disparado el abuso de productos que contienen derivados de esta, particularmente entre los jóvenes, con efectos nocivos para su salud”, expresó Baltodano.
Para redondear la censura, el mismo director del Organismo de Investigación Judicial, Randall Zúñiga, advirtió a los diputados que conforman la Comisión Permanente Especial de Ambiente, que la legalización de la marihuana para uso recreativo tiene más perjuicios que beneficios. Y el exministro de Seguridad Pública y ahora subdirector del mismo OIJ, Michael Soto, indicó que es incorrecto pensar que los delitos violentos como aquellos contra la propiedad privada van a disminuir con este proyecto de ley, pues las tasas son muy similares en países que la legalizaron y los que no.
Frente a todo ello, queda concluir que el proyecto en cuestión es un despropósito mayúsculo, fruto de una corta visión posiblemente ideologizada y debería de archivarse, siempre que no se antepongan otros intereses al bien común del pueblo y la racionalidad debida a quienes le gobiernan.
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