Con profunda alegría me dirijo a ustedes, catequistas, en esta Semana Nacional de la Catequesis, un tiempo especial para reconocer, celebrar y agradecer su incansable labor al servicio de la evangelización y la formación de la fe en nuestras comunidades.
Ustedes, queridos catequistas, son un pilar fundamental en la misión de la Iglesia. Con generosidad y dedicación, asumen la hermosa tarea de transmitir el mensaje del Evangelio a niños, jóvenes y adultos, ayudándoles a crecer en su relación con Cristo y en su compromiso con la Iglesia. Su entrega es un verdadero testimonio de fe viva y de amor al Señor.
Hoy más que nunca, en un mundo tan necesitado de esperanza y de verdad, su labor adquiere una relevancia particular. En medio de los desafíos que enfrentamos como sociedad —la falta de valores, la indiferencia religiosa y las crisis familiares—, ustedes son luz y guía para aquellos que buscan a Dios. Con su paciencia, comprensión y testimonio de vida cristiana, siembran en los corazones la semilla de la fe, que dará frutos en el futuro.
“Demos las gracias a los catequistas, a las catequistas, por el entusiasmo interior con que viven esta misión al servicio de la Iglesia”, dice el Papa Francisco. Precisamente, el sábado 16 de setiembre se celebró la Feria Arquidiocesana de la Catequesis, la cual reunió a más de 400 servidores, en las instalaciones del Colegio Técnico Profesional, en La Lucha, en San Cristóbal de Desamparados.