El Encuentro Patriótico integra sindicatos, cooperativas, organizaciones de agricultores y productores agroalimentarios, colegios profesionales, el movimiento comunalista (CONADECO), la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), el sector académico, miembros de la sociedad civil y otros.
Además, deseo poner sobre el altar del sacrificio eucarístico algunas preocupaciones y pendientes que tenemos como sociedad costarricense con el reto de buscar soluciones conjuntas, entre algunas las siguientes:
1) Sector productivo como motor del desarrollo costarricense:
Urge atender las preocupaciones del grupo de Liderazgos Agropecuarios respecto al Decreto de «Creación del Sistema Nacional de identificación individual y rastreabilidad del ganado bobino y modificaciones al Reglamento a la Ley de Control de Ganado Bobino, Prevención y Sanción de su Robo, Hurto y Receptación».
También, las afectaciones por la importación de papa, tanto para la producción nacional y la comercialización del tubérculo como los efectos fitosanitarios de este producto importado y otros.
Asimismo, se suma a las inquietudes del sector agrícola, el criterio de la Cámara de Agricultura y Agroindustria y la Corporación Ganadera (CORFOGA), sobre los graves riesgos de la incorporación de Costa Rica al llamado Acuerdo Transpacífico.
Un grupo humano del sector productivo costarricense, comúnmente invisibilizado es el sector pesquero nacional y de manera especial nuestras poblaciones de pescadores artesanales de pequeña escala, urge el apoyo de los señores y señoras diputadas al proyecto de ley, expediente Nº 24.626, «Ley general para la sostenibilidad del sector de pesca artesanal de pequeña escala», que está ingresando a la corriente legislativa.
Considero que el sector productivo es un motor del desarrollo costarricense y generador de empleo que está llamado a ser un actor decisivo en la construcción del derrotero que nos llevará a ser una sociedad cimentada en la justicia, la equidad y la inclusividad en los beneficios de ese desarrollo y debemos estar atentos a su afectación para la seguridad y soberanía alimentarias.
2) La seguridad ciudadana y la criminalidad:
La plataforma de diálogo social que coordina la Arquidiócesis de San José, mencionada como Encuentro Patriótico, se ha dado a la tarea de ofrecer propuestas de políticas públicas e impulsar proyectos de ley que mitiguen la inseguridad ciudadana y la criminalidad, atendiendo la etapa de la prevención mediante el fortalecimiento de procesos educativos.
Es inmenso el dolor provocado por la pérdida de vidas que enlutan a cientos de familias y provocan la orfandad de niños y niñas inocentes. Se suma a lo anterior, el sacrificio de compatriotas que trabajan para la seguridad pública y que han ofrendado sus vidas en el cumplimiento de sus deberes. En esta ocasión honramos la memoria de nuestros policías y agentes del Organismo de Investigación Judicial y oramos por su eterno descanso.
Tengo claro que las dimensiones de este problema requieren de los mayores esfuerzos conjuntos y armónicos de los tres poderes de la República. No obstante, es insuficiente. Se necesita orquestar también a los gobiernos locales y a la sociedad civil organizada en las comunidades y barrios. Se requiere activar la contribución de organizaciones gremiales, el sector empresarial, academia, asociaciones no lucrativas, asociaciones de desarrollo, colegios profesionales, todas las denominaciones religiosas, agrupaciones políticas y otras.
Es hora de deponer las confrontaciones y las divisiones en nuestro tejido social para atender la inseguridad ciudadana y la criminalidad. La Patria nos llama a la comunión de voluntades a favor de la vida de todos los habitantes de Costa Rica.
3) Las personas migrantes
No podemos cerrar los ojos a la realidad de nuestros hermanos y hermanas migrantes que se movilizan por nuestra nación forzados a dejar sus países de origen y que deciden hacer de Costa Rica su hogar. Debemos respetar su dignidad en todas las áreas de su vida y en especial en el derecho a un trabajo digno, para que, como lo pedía el querido papa Francisco, cada persona en condición migratoria sea acogida, protegida, promovida e integrada.
Con estas intenciones en el altar y pidiendo la ayuda del Dios misericordioso revelado por Jesucristo y la intercesión de San José Obrero, iniciemos esta Eucaristía, poniendo nuestra vida con humildad en las manos del Señor y reconociendo nuestros pecados.
Mons. Daniel Francisco Blanco Méndez
Obispo Auxiliar de San José