En el actual contexto costarricense, las palabras del Papa son una buena manera para recordar algunos principios que la enseñanza social de la Iglesia plantea entorno a la participación de los creyentes en la política y el servicio público.
De sus palabras hemos extraído diez consejos útiles:
-
Recurrir siempre a Cristo: “Ante los diversos excesos que experimentan nuestras sociedades occidentales, como cristianos, no podemos hacer nada mejor que recurrir a Cristo y pedirle ayuda para cumplir con nuestras responsabilidades”.
-
No reducir la fe a una devoción privada: “La salvación que Jesús logró mediante su muerte y resurrección abarca todas las dimensiones de la vida humana, incluyendo la cultura, la economía y el trabajo, la familia y el matrimonio, el respeto a la dignidad humana y a la vida, la salud, e incluso la comunicación, la educación y la política”. El cristianismo (…) implica una forma de vivir en sociedad marcada por el amor a Dios y al prójimo, quien, en Cristo, ya no es un enemigo, sino un hermano”.
-
Comprender el don de la caridad social: “Los líderes cristianos se fortalecen con la virtud de la caridad que los ha infundido desde su bautismo. La caridad es un don de Dios, un «poder capaz de inspirar nuevas maneras de afrontar los problemas del mundo actual y de renovar profundamente las estructuras, las organizaciones sociales y los sistemas jurídicos desde dentro. Desde esta perspectiva, la caridad se convierte en caridad social y política : la caridad social nos hace amar el bien común y buscar eficazmente el bien de todas las personas» ( Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia , º 207 ).
-
Vivir y dar testimonio de la fe: Los líderes cristianos están mejor preparados para afrontar los desafíos del mundo actual, naturalmente en la medida en que viven y dan testimonio de la fe que obra en ellos, de su relación personal con Cristo, que los ilumina y les da esta fuerza. Jesús lo afirma con fuerza: «porque separados de mí nada podéis hacer» (Jn 15,5)”
-
Jamás separar al cristiano del político: “Que se unan cada vez más a Jesús, que vivan por él y den testimonio de él. No hay separación en la personalidad de una figura pública: no existe el político por un lado y el cristiano por otro. ¡Pero existe el político que, bajo la mirada de Dios y su conciencia, vive sus compromisos y responsabilidades cristianamente!”.
-
Estudiar la enseñanza social: “Están llamados a fortalecerse en la fe, a profundizar su comprensión de la doctrina -en particular la doctrina social- que Jesús enseñó al mundo, y a ponerla en práctica en el ejercicio de sus funciones y en la elaboración de leyes. Sus fundamentos están en armonía con la naturaleza humana, la ley natural que todos pueden reconocer, incluso los no cristianos y los no creyentes.
-
Defender la doctrina de salvación: “No deben tener miedo de proponerla y defenderla con convicción: es una doctrina de salvación que aspira al bien de cada ser humano, a la construcción de sociedades pacíficas, armoniosas, prósperas y reconciliadas”
-
Tener valor ante las presiones: “El compromiso abiertamente cristiano de un funcionario público no es fácil, especialmente en ciertas sociedades occidentales donde Cristo y su Iglesia son marginados, a menudo ignorados y a veces ridiculizados. También soy consciente de las presiones, las directrices de los partidos, las “colonizaciones ideológicas”a las que están sometidos los políticos. Deben tener valentía: la valentía de decir a veces “¡No, no puedo!” cuando la verdad está en juego”.
-
Sufrir en nombre de Jesús: “Solo la unión con Jesús -¡Jesús crucificado!- les dará la valentía de sufrir en su nombre. Él dijo a sus discípulos: “En el mundo tendréis tribulaciones, pero confiad: yo he vencido al mundo” (Jn 16,33)”.
-
Conservar la esperanza: “Mantengan la esperanza en un mundo mejor; mantengan la certeza de que, unidos a Cristo, sus esfuerzos darán fruto y serán recompensados”.