Cáritas tiene un miembro, una organización, en cada uno de estos países. Así que, aunque hay muchas cosas que hacer como Cáritas, lo más bonito es trabajar con cada uno de los miembros y Ucrania es un ejemplo de ello. Tenemos dos miembros allí, y esto se debe a los diferentes ritos de la Iglesia y lo que estas dos agencias han conseguido allí es increíble.
Creo que puedo decir, y con razón, que ellos y la Cruz Roja son la mayor red de todo el país en cuanto a la extensión y la cantidad de trabajo que han sido capaces de hacer. Lo que hay que preguntar a los ucranianos es: ¿qué necesitan para volver a ponerse en marcha?
A veces se trata también de proporcionar competencias especiales para que puedan destinar personal a cubrir puestos y luego, por supuesto, hay flujos financieros que les permiten hacerlo. La oración es una parte muy importante de todo esto, y cada vez que nos reunimos saben que estamos con ellos. Así que hay muchas formas diferentes en las que los miembros de todo el mundo apoyan a Ucrania, y esto es lo que se puede hacer en cada situación. Para los que están en un país pequeño es la manera de sentirse parte de algo, de poder hacer algo, y no son necesariamente los países ricos, sino también los más pequeños los que se sienten limitados, pero saben que Cáritas está ahí para ellos.
¿Cuál es su plan estratégico a cuatro años?
Cinco prioridades: la relación con la Iglesia y cómo colaboramos estrechamente como parte de ella; cómo respondemos a las emergencias; el desarrollo humano integral; el trabajo en diversas cuestiones de incidencia política. Y, por último, el desarrollo de capacidades y cómo garantizamos que nuestras organizaciones puedan responder cuando sea necesario e implicarse como deseen.
El Papa Francisco ha hecho repetidos llamamientos en favor de las personas olvidadas, de los conflictos olvidados. ¿Qué utilidad tiene esto para su trabajo?
El mensaje del Papa Francisco es realmente inspirador para nosotros y, en muchos sentidos, resume nuestra misión y dónde creemos todos que debemos estar. Cáritas debe estar en la periferia. No podemos estar cómodos en el centro. Debemos estar "sucios y heridos".
Debemos tener tierra bajo las uñas y ser evangelizados por los pobres. Debemos salir y buscar donde el Espíritu Santo nos lleve, y escuchar de verdad la voz de los que están en los márgenes, de los que están en las periferias, de los que sufren la injusticia, porque debemos escucharlos para saber cómo responderles. No podemos quedarnos en bonitos despachos. Tenemos que estar "afuera"...
Por último, ¿hay algún llamamiento que quiera hacer?
Sí. En cada país hay una Cáritas y Cáritas es amor. Sólo podemos hacerlo gracias a los voluntarios y al personal de ese país. Así que, por favor, apoyen a su Cáritas local, ya sea con oraciones, voluntariado o fondos. De cualquier forma que participes, ayúdanos a extender el abrazo del amor en tu parte del mundo.