Acabamos de celebrar la fiesta de nuestra Emperatriz de América, la Virgen María de Guadalupe, la famosa Virgen Morena que decidió quedarse a vivir en México y desde allí atender a todos. Es innegable que la imagen de la Virgen de Guadalupe tiene un misterio divino, que sobrepasa los límites de las explicaciones científicas, pero allí está frente a nuestros ojos y es muestra de que es real lo sucedido en el Tepeyac en 1531. El que no cree en Dios luego de estudiar la historia, el milagro y el Códice Guadalupano sencillamente es por una obstinación personal.