La leyenda urbana dice que, tras obtener el campeonato en 1941, en medio de la algarabía los jugadores del Club Sport Cartaginés entraron montados a caballo y borrachos a la Basílica Nuestra Señora de los Ángeles. Fue tal el desorden que un sacerdote salió y maldijo al equipo, por eso, desde entonces no queda campeón.
José Rafael Soto, investigador de la historia del club blanquiazul, explica que ese relato es totalmente falso y contrario a lo que realmente ocurrió. En realidad, la celebración transcurrió con alegría y mucho respeto.