El Padre Víctor Hugo Munguía parafrasea la canción “Cuando Salí de Cuba” de Luis Aguilé y canta: “Nunca podré morirme, mi corazón no lo tengo aquí, allí me está esperando, me está aguardando que vuelva (…) cuando salí del Seminario dejé mi corazón enterrado”.
“Ser sacerdote es bonito”, es una de sus consignas. Como presbítero ha tenido experiencias de todo tipo: bellas, tristes, profundamente espirituales, y hasta se ha “jalado tortas”, como aquella vez cuando le preguntó a una señora cómo seguía la mamá, a lo que ella contestó: “¡Pero Padre si usted le hizo el funeral!”.