Las repercusiones del desempleo en las familias, la insuficiente respuesta política ante los problemas sociales, la protección de la Caja Costarricense de Seguro Social y una petición para renovar el Consejo Nacional de la Producción (CNP), fueron parte de los temas tocados por Mons. José Rafael Quirós, Arzobispo de San José, durante la Santa Misa de este 1 de Mayo, Solemnidad de San José Obrero y en el marco del Día Internacional de los Trabajadores
La ceremonia se llevó a cabo en el contexto de los 150 años de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia Universal y el Año de San José, declarado por el Papa Francisco.
En la celebración litúrgica participaron Mons. Daniel Blanco, Obispo Auxiliar de San José; Pbro. Edwin Aguiluz, Secretario Ejecutivo Pastoral Social-Cáritas; Pbro. David Solano, delegado Episcopal de Pastoral Social Arquidiocesana; así como representantes del gobierno y dirigentes de organizaciones de trabajadores, sindicatos y empresarios.
La familia y el desempleo
Monseñor reflexionó sobre la figura de San José, precisamente sobre las dificultades a nivel familiar tuvo que enfrentar y cómo fue un padre y esposo amoroso. Entonces, habló sobre “la gran importancia de la familia para nuestra sociedad”.
“El futuro de la sociedad pasa por la familia, dependiendo cómo esté la familia así estará la sociedad, esto es innegable”, dijo y agregó: “Durante esta pandemia ha quedado demostrada la centralidad e importancia del ambiente familiar, en orden a la estabilidad emocional y con relación al trabajo de los padres y al estudio de los hijos, sobre todo los menores”.
Luego, Monseñor, recordó que San José fue un carpintero que trabajaba para asegurar el sustento de su familia. “De él, Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo”.
Asimismo, expresó: “En medio de la situación actual de pandemia y tantos males sociales, la figura de San José Obrero, destaca por todo lo alto como el trabajador que en la sencillez y silencio respondió con sabiduría, a los retos que se le presentaron”.
Recordó las palabras de Patris Corde (Núm. 6): “Una familia que carece de trabajo está más expuesta a dificultades, tensiones, fracturas e incluso a la desesperada y desesperante tentación de la disolución. ¿Cómo podríamos hablar de dignidad humana sin comprometernos para que todos y cada uno tengan la posibilidad de un sustento digno?”.
Mostró su preocupación por el desempleo, pidió dejar de lado egoísmos y pensar en el bien común. “La justicia social es el camino a recorrer, hay que olvidarse de lo meramente electorero”.
El Arzobispo mostró su preocupación por las altas cifras de desempleo, así como la insuficiente respuesta política ante los desafíos de la pobreza y angustia de muchos.
Por otro lado, destacó el testimonio cristiano de muchos trabajadores de la salud y recordó a todos aquellos que entregaron su vida por la atención de pacientes de Covid-19.
El testimonio de los servidores del orden, de recolectores de basura, de los servidores en hogares de adultos mayores, de los vendedores de verduras que van de casa en casa, de los trabajadores del campo, etc.
"No se entiende que alguien no acuda a la cita"
Asimismo, hizo mención del papel de educadores que hacen de su acto educativo un apostolado. Lamentablemente, -expuso- “se ha develado la desigualdad social y económica de muchos de sus estudiantes manifiesta en la brecha digital”.
Remarcó la importancia de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Aprovechó para recalcar el Foro Mario Devandas, integrado por movimientos sociales, sindicatos, académicos y ciudadanos, con el apoyo de la Iglesia, el cual tiene como fin presentar propuestas a las autoridades de la institución, con miras al fortalecimiento del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte.
Monseñor habló sobre los esfuerzos para vacunar a la población y señaló que se debe luchar para cubrir en el menor tiempo posible a toda la población. “No se entiende que alguien no acuda a la cita”, lamentó.
El prelado abogó por el trabajo conjunto entre sectores, pero para eso es necesario que dejen sus intereses de lado y piensen en el bien común. Aprovechó para resaltar la creación del Consejo Consultivo Económico Social, como instancia multisectorial de diálogo y generación de consensos, en la cual la Iglesia tiene presencia.
Expuso que la Economía Social Solidaria y el espíritu de cooperativismo, entre otras iniciativas, pueden ayudar a los pequeños empresarios. “Urge gestar oportunidades reales para nuestros agricultores y la reactivación del agro, que facilite la seguridad alimentaria y abastecer nuestro mercado local con granos tradicionales de consumo diario”.
Y consideró como importante renovar el Consejo Nacional de la Producción, pero con una perspectiva propia de los tiempos actuales. Hacia el final de su homilía, habló sobre el cuidado de la Casa Común y de la necesidad de una economía sustentable, acorde a la cultura de la vida.
Al final de la ceremonia, Monseñor Quirós se dirigió frente a la imagen de San José y pronunció una oración, acompañado por de los demás celebrantes.
