En el marco del Domingo del Buen Pastor y la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que la Iglesia celebra este 3 de mayo, el Pbro. Juan Carlos Álvarez, promotor vocacional de la Diócesis de Limón, habló con Eco Católico sobre del trabajo que se realiza en el país para avivar la cultura vocacional.
La Comisión Nacional de Vocaciones de la Conferencia Episcopal ideó un video de motivación y un subsidio digital de oración, para reflexionar en la celebración de este día desde los hogares. Este material estará disponible en Facebook:llama2cr
Desde el confinamiento, la oración por las vocaciones es el llamado que hace el sacerdote. “La oración siempre debe estar en la vida de todo creyente, todos los cristianos debemos estar comprometidos en orar por las vocaciones, que en el fondo es un llamado que el Señor nos regala, pero que también es una responsabilidad como cristianos para que el Señor suscite las vocaciones para la Iglesia”, dijo.
Una de las maneras de incentivar la oración es por medio del Salmo 23, en el video disponible en redes sociales se ilustran las distintas vocaciones: vida sacerdotal, vida consagrada y la vida matrimonial. El fin es que cada persona desde su estilo de vida, pueda reflexionar y orar desde la vocación a la que el Señor le haya llamado.
Cinco líneas de acción
Sobre las acciones que se vienen realizando en el país para suscitar las vocaciones, además de promover la oración, el sacerdote recuerda las cinco líneas de acción que surgieron del Congreso Nacional de Pastoral Vocacional, en setiembre 2019.
Esas líneas son la promoción desde la cultura vocacional, como eje trasversal en todos los procesos pastorales de la vida de la Iglesia, es decir, no es solo orar por los sacerdotes, se trata de que toda la Iglesia ore por las vocaciones, de acuerdo con el Pbro. Álvarez.
Se trata también de fomentar en la Iglesia las actitudes vocacionales de salir, escuchar, llamar, sembrar y fructificar. Igualmente, propiciar experiencias que fortalezcan el encuentro personal y comunitario con Cristo y apoyar la integración de los distintos ámbitos de animación vocacional a nivel de Iglesia.
Finalmente, se buscan propiciar espacios de formación permanente y sistemática para acompañantes vocacionales.
Es importante señalar -según comentó el sacerdote- que el confinamiento por la pandemia de Covid-19 en ningún momento ha detenido la ejecución de estas acciones para motivar la cultura vocacional en el país. De hecho, los promotores vocacionales han utilizado los medios electrónicos para estar en contacto con las personas discernientes.
Así, por ejemplo, en el caso de quienes están realizando los Encuentros Vocacionales, para no perder el ciclo de acompañamiento, algunas diócesis han realizado las experiencias por medio de las distintas plataformas de comunicación vía Internet.
“Seguimos acompañando el suscitar de las vocaciones, esto no se detiene, estamos encerrados en la casa, pero el servicio no se confina. El Buen Pastor sigue caminando, aunque haya obstáculos. La Iglesia es reflejo de esta acción del Buen Pastor, porque sigue adelante en su misión de evangelizar y el Señor suscita corazones generosos para que podamos responder con amor a la Iglesia”, agregó.
“Descubrir con gratitud la llamada de Dios”
El Santo Padre Francisco, en su mensaje final para la 57 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones manifestó su deseo de que “la Iglesia recorra este camino al servicio de las vocaciones abriendo brechas en el corazón de los fieles, para que cada uno pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de decirle “sí”, vencer la fatiga con la fe en Cristo”. (Ver mensaje completo en páginas 14 y 15)
Por lo anterior y a modo de reflexión, el Pbro. Álvarez compartió sus palabras entorno al significado de la gratitud como un regalo que Dios da desde el llamado, a partir del cual el Señor envía a compartir con los demás.
A aquellos a quienes el Señor les llama, el sacerdote les dice “no tengan miedo” y si se preguntan si el llamado se detiene porque estamos en confinamiento, el mismo afirma “el llamado sigue en la barca que se mueve, el Señor sigue llamando y no hay que tener miedo a descubrir el amor profundo de lo que Dios quiere en la vida de cada uno de nosotros.”
“Así que quien se siente llamado y abierto a descubrir qué es lo que Dios quiere, va a descubrir la felicidad en un llamado de amor para dar felicidad también a quienes necesitan”, agregó.
En relación a la figura del Buen Pastor, el sacerdote destacó que la Pandemia es un ejemplo de cómo es ser buen Pastor. A la luz del Salmo 23, indica, hay actitudes que se deben imitar como aquel que protege, escucha y guía.
La pandemia, como experiencia, agregó, ha mostrado actitudes como: “si la persona no puede venir a la Iglesia, yo le llevo a Jesús, hemos visto a Jesús sacramentado en las calles”, otro ejemplo es cuando “por medio de Skype o WhatsApp puedo ofrecer dirección espiritual”, incluso, dijo el sacerdote “tener más espacio para la oración personal” y el hecho de celebrar las misas solos “aunque es difícil, es a la vez es gratitud con Dios porque nos sigue sosteniendo”.
