A nuestros niños, con todo afecto y cariño, queremos decirles a “cada uno de ustedes personalmente, a ti querida niña, a ti querido niño (que) «eres valioso» a los ojos de Dios (Is 43,4), como nos lo enseña la Biblia y como Jesús lo demostró tantas veces… todos ustedes son importantes… porque… manifiestan el deseo de cada uno de nosotros de crecer y renovarse.
Ustedes nos recuerdan que todos somos hijos y hermanos, y que nadie puede existir sin alguien que lo traiga al mundo, ni crecer sin tener otras personas para amar y sentirse amado… (tengan siempre presente que) … para renovarnos a nosotros mismos y al mundo… es necesario que estemos unidos con Jesús.
Él nos infunde mucho valor, porque está siempre a nuestro lado…”[2] Y en medio de este ambiente violento les recordamos lo que ya les ha dicho nuestro nuevo Papa León XIV: “incluso siendo niños, todos podemos aprender a ser constructores de paz y amistad… Jesús nos llama a aprender a ser todos amigos, todos hermanos… a tener este respeto mutuo… Hay una manera de acercarse al otro, se puede compartir un poco de pan, se pueden buscar maneras de ayudar al otro… incluso los más pequeños pueden ya empezar a buscar ocasiones y oportunidades (para) ser promotores de paz, promotores de amistad, de amor entre todos” [3].
Y finalmente les pedimos que nos enseñen a ser como niños porque con ustedes queremos entrar al Reino de los Cielos.[4]
Mons. Manuel Eugenio Salazar Mora
Obispo de Tilarán-Liberia
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar
[1] Papa Francisco, I Jornada Mundial de los Niños, 25-26 de mayo 2024
[2] Iden
[3] Encuentro con niños del Centro de Verano junto a 300 estudiantes de Ucrania. 3 de julio, 2025
[4] Cfr. Mt 18, 3