“Estamos muy alegres por este gran regalo del Señor, felicitamos a esos dos hermanos por estar disponibles al querer de Dios y al servicio de la Iglesia como culmen de un largo camino formativo y manifestamos nuestro compromiso a seguir ayudándoles en este camino que van a comenzar como presbíteros en nuestra Diócesis de Alajuela”, concluyó Monseñor.
Christian es hijo de Gilberto Benavides y Lorena Cordero. Él describe este momento de su vida como una oportunidad para ver el rostro misericordioso de Dios que se sigue manifestando en su historia confirmando de esta manera la vocación a la que ha sido llamado.
Christian alienta a otros muchachos que deseen seguir a Cristo. “Que se motiven, que tomen valentía y se den la oportunidad de discernir, que sientan en el corazón la voz de Dios, él es el que va mostrando lo que es necesario para seguir adelante con la fuerza necesaria para poder nosotros responder con generosidad a esa llamada que nos hace”.
Por su parte, Kenneth es hijo de Ana Salazar Duarte y Sergio Molina González. Según afirma, en su ministerio espera responder con santidad, y fidelidad, pero sobre todo esforzándose por tener siempre un corazón como el de Cristo, capaz de entregar la vida por todos.
“Por eso elegí cómo lema el pasaje de Mateo 11, dónde Jesús pide ser como él “mansos y humildes de corazón”. Le pido al Señor que a imagen suya nunca haga alarde de mi categoría de pastor, que tenga apertura para con todos y, sobre todo un corazón misericordioso para que todo aquel que se acerque a mi ministerio sacerdotal encuentre descanso”.
Kennet asegura tener sentimientos de gratitud hacia Dios por volver su mirada hacia él y llamarlo a participar de su Sacerdocio ministerial. “También sumamente agradecido con mi familia y amigos que me han apoyado durante todo este caminar vocacional que apenas inicia, y aunque el compromiso es grande me conforta saber que la Gracia de Dios y la oración de la Iglesia siempre me acompañarán y sostendrán”, concluyó.