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Fray Casiano, apóstol de la Providencia

By Julio 20, 2023
Fray Casiano de Madrid es considerada un santo por el pueblo puntarenense. Fray Casiano de Madrid es considerada un santo por el pueblo puntarenense.

Algunos todavía tienen viva la imagen de una fila de chiquillos que caminan sobre el Paseo de los Turistas, detrás de un hombre con una abundante barba blanca y unos gruesos lentes, vestido con un desgastado hábito franciscano y aquel cíngulo que imponía respeto y autoridad.

Así andaba Fray Casiano de Madrid por las calles de Puntarenas, visitaba mercados, comercios, carnicerías, panaderías… para pedir comida para aquella chiquillada.

De esta manera es recordado este fraile capuchino español, naturalizado costarricense, quien llevó a cabo una extraordinaria labor social en esa provincia del pacífico y que aun da frutos, especialmente por medio del Hogar Montserrat.

“El santo de los niños puntarenenses”

Fray Casiano no era sacerdote, sino un religioso lego, dedicado al servicio y la caridad. Nació el 20 de octubre de 1892 en Madrid, España. Hizo sus votos perpetuos el 7 de julio de 1918. En 1925, vino a Costa Rica como parte de una misión franciscana a América.

Llegó a Puntarenas en 1926 para servir en la parroquia, pero allí comenzó a convertirse en un protector de la niñez desamparada o, como popularmente le llaman: “el santo de los niños puntarenenses”.

Había muchos niños en las calles en aquella época. El fraile recibía huérfanos, abandonados, expulsados del hogar o muchachos que tenían mal comportamiento y los papás no sabían qué hacer con ellos. Entonces, él decidió entregarse y darse por todos esos chicos.

“Tenía el hábito lleno de huecos y los chiquillos se agarraban de los huecos y andaban guindando”. Dulce Umanzor

“Dios proveerá”, decía. Él no tenía dinero ni bienes, tampoco recibía ayuda estatal, pero procuró alimento, ropa, educación y techo a todos aquellos jóvenes. Según dicen, era estricto y exigía disciplina, pero también era cariñoso y entregado, y no permitía que nadie le hiciera daño a sus pequeños.

Su obra más conocida, el Hogar Montserrat, fue fundada en 1939, llamada así en honor a la Virgen de Montserrat, Patrona de Cataluña, de la cual él era devoto. También fundó en 1958 la Orden de los Terciarios Franciscanos de Cristo Obrero, presente en la actualidad en la Diócesis de San Isidro.

Es importante también mencionar el papel que jugó la madre de este fraile español, María Coll. Tras la Guerra Civil Española (1936-1939), ella quedó viuda y decidió venir a Costa Rica en busca de su hijo.

La mujer traía el dinero con el que ella y su hijo construyeron una casita en el barrio El Carmen, la cual se llamó en catalán Bon repòs (probablemente en honor a la Virgen del Buen Reposo, cuya iglesia se ubica en Cataluña, España).

Allí acogieron a los primeros niños. Luego, la Municipalidad puso a disposición un terreno en el Barrio El Carmen. En ese lugar se estableció el Hogar Montserrat, hoy ahí está su tumba y la Parroquia Nuestra Señora del Carmen. Aquellos muchachos recibieron valores cristianos y aprendieron distintos oficios.

Fray Casiano estuvo al frente de la obra social hasta su fallecimiento, el 28 de junio de 1965. Actualmente, el Hogar Montserrat está a cargo de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana y sus instalaciones están en Barranca, Puntarenas.

El pueblo recuerda a Fray

La Diócesis de Puntarenas conmemoró el pasado 28 de junio un aniversario más del fallecimiento del querido fraile. En la mañana, se celebró una Santa Eucaristía con niños en el Hogar Montserrat y hubo un encuentro con personas que conocieron personalmente al fraile, miembros de la Comisión Pro beatificación de Fray Casiano, entre otros.

Resaltaron especialmente el sentimiento de santidad que transmitía el fraile y destacaron que él no recibía apoyo estatal, pero aun así logró dar hogar, alimento, vestido, educación y amor a tantos pequeños. Según los datos facilitados, se estima que 1372 niños fueron beneficiados por el Hogar Montserrat en aquella época.

“Era un señor muy santo. Era enojón, estricto, disciplinado, pero también buena gente y amable”. Emilia Bolaños

Los participantes de la actividad se reunieron alrededor de la tumba donde yacen los restos de Fray Casiano y su madre, doña María Coll. El sitio fue arreglado para la ocasión y los asistentes colocaron diversos arreglos florales.

Allí donde Fray Casiano desarrolló su obra social. En esos terrenos estaba la capilla, su cuartito, la casa de su madre, las habitaciones de los muchachos, un palomar, entre otros espacios.

Durante el acto, se escuchó el Himno del Hogar Montserrat, interpretado por Teófilo Ruiz, uno de tantos niños criados por el fraile y que también se convirtió miembro de la Orden de los Terciarios Franciscanos de Cristo Obrero, fundada por Fray Casiano.

Don Manuel Alvarado, estudioso de la vida del fraile y de Puntarenas, compartió algunos comentarios. De igual forma, declamó el poema de Rubén Darío, Los motivos del Lobo, un texto que al parecer el fraile solía recitar de memoria.

Asimismo, por la tarde se llevó a cabo una serenata organizada por la organización civil El Puerto Puede, hubo una exposición fotográfica y se celebró una Santa Eucaristía en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, en el Barrio El Carmen.

También, el Padre Edwin Baltodano, de 97 años de edad, compartió una charla, en la que habló sobre su relación de amistad con Fray Casiano. Lo recordó como una persona entregada a su misión y dijo que cuando falleció sintió que había muerto un santo.

“Era un santo”

Mario Espinoza, uno de los participantes en la tertulia, a sus 80 años de edad recordó que sus papás tenían una sodita y Fray pasaba a tomarse un cafecito, cuando regresaba del mercado con el saco de gangoche lleno de las ayudas que le daban los dueños de los tramos.

“Mi mamá me llamaba para que le llevara la taza de café. Y yo iba con la mano temblorosa de la emoción. Yo veía un santo”, contó.

Dulce Umanzor, de 71 años de edad e integrante de El Puerto Puede, expresó: “Yo estuve en el funeral, él visitaba mi casa, fue padrino de bodas en la boda de mi mamá… Lo recuerdo como una persona que inspiraba una gran paz, a pesar de que siempre corría y corría”.

“Tenía unas sandalias… no sé cómo caminaba, estaban todas rotas. Tenía el hábito lleno de huecos y los chiquillos se agarraban de los huecos y andaban guindando. Me parece verlo en el mercado, cuando veo que alguien hace algo bueno es como si viera a Fray”, añadió.

“Mi mamá me llamaba para que le llevara café. Y yo iba con la mano temblorosa de la emoción". Mario Espinoza

Manuel Alvarado y Mario hablaron también de momentos en los que Fray Casiano tuvo problemas con sus hermanos de la Orden, pues algunas veces no tenían qué comer porque él regalaba los alimentos a los pobres.

También mencionaron que por las noches se quitaba su hábito y recorría las calles, en medio de bares y prostíbulos. Por entonces, las mujeres que ejercían la prostitución tenían hijos y a esas horas estos quedaban expuestos y vulnerables a abusos. Fray los recogía y los protegía.

Esto, según dijeron, le trajo problemas con unos muelleros, quienes acostumbraban abusar de estos chicos, por lo que planearon hacerle daño, sin embargo, otros salieron en su defensa.

Recordaron también cuando Fray Casiano tuvo que apartarse de la Orden de los Capuchinos de San Francisco, que debían trasladarse a Cartago, ya que él “no podía dejar a más de 100 hijos botados”.

Entre las historias que contó Mario, hubo una sobre un comerciante libanés que apreciaba mucho a Fray Casiano. Un día, este hombre vio el hábito tan roído que decidió regalarle un fardo, todo de tela de color carmelo para que le confeccionaran varios hábitos.

Al otro día, el fraile pasó como siempre, seguido de una fila de chiquillos. Pero el comerciante notó que llevaba el mismo hábito viejo y roto, pero todos los niños iban con un traje nuevo, de color carmelo.

Mencionaron a personalidades puntarenenses que se formaron en el Hogar de Fray Casiano, como el músico, Jesús Watson; el abogado, Gabriel Zamora; y el jugador de fútbol, Douglas Monge.

Por su parte, Emilia Bolaños se describió como “la devota número uno de Fray Casiano”. Recordó que sus tíos la llevaban al Hogar para celebrar la Misa en la Capilla. “Me encantaba ir”, compartió.

“Mi abuelita y él eran muy amigos, ella vivía en el Cocal y él a veces pasaba a su casa cuando regresaba de traer pescado y camarón donde Chico Lostano. Me gustaba estar cerca de él, se sentía bonito. Yo lo veía como un Santito”.

“Era un señor muy santo. Era enojón, estricto, disciplinado, pero también buena gente y amable”, agregó Bolaños.

Esta enfermera jubilada y vecina de Hatillo acostumbra visitar la tumba, afirma que Fray Casiano ha intercedido por ella en varias ocasiones de su vida. “Yo tengo ahorrado para ir a Italia a ver la beatificación, si Dios me da vida, porque yo tengo la fe de que él será beatificado”, añadió.

Proceso de canonización

En Puntarenas el sentimiento de la gente es que Fray Casiano es un santo. Por lo tanto, desde hacía varios años existía la intención de abrir un proceso de canonización. Tras la Visita Ad limina por parte de los obispos de la Conferencia Episcopal al Papa Francisco en 2017, Mons. Óscar Fernández, obispo puntarenense, manifestó su deseó de iniciar formalmente con el procedimiento.

Esto dio pie para que se creara la Comisión pro beatificación de Fray Caisiano, liderada por el Padre Gustavo Meneses Castro. De esta forma se empezó a recopilar información en torno a la figura del fraile y a registrar testimonios de personas que lo conocieron de forma personal.

Actualmente, realizan la sistematización de los datos. “Afortunadamente contamos con información muy valiosa”, informó el Padre Meneses.

Posterior a esto, se enviaría una documentación al Vaticano para que, eventualmente, se lleve a cabo la apertura de la causa. Se espera que esto se presente el próximo año.

Cabe mencionar que actualmente hay un proceso de canonización para la ya declarada Sierva de Dios, María Isabel Acuña, conocida como la Niña Marisa.

 

La tumba de Fray Casiano está en el Barrio El Carmen, donde estuvo originalmente el Hogar Montserrat. 

Fray Casiano está enterrado en el Barrio El Carmen. Algunos que lo conocieron se reunieron para comentar su vida y pedir su beatificación.

Last modified on Jueves, 20 Julio 2023 10:27
Danny Solano Gómez

Periodista, licenciado en Producción de Medios, especializado en temas de fe católica, trabaja en el Eco Católico desde el año 2009.

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