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“Dios y la poesía me salvaron”, Pablo Narval, Premio nacional de Poesía 2023

By Abril 13, 2023
La Balada de un hombre con SIDA ya está disponible en librerías nacionales o por medio del sitio Web de la Editorial Costa Rica. La Balada de un hombre con SIDA ya está disponible en librerías nacionales o por medio del sitio Web de la Editorial Costa Rica.

 Hace 13 años, su madre iba a tener una operación y él se ofreció para donar sangre; no obstante, el examen previo encontró un nivel bajo de plaquetas. El doctor le recomendó hacer una prueba de VIH. El resultado dio positivo, algo totalmente inesperado.

Fue el inicio de un duro proceso de asimilación y lucha por seguir adelante. También, sin saberlo, ahí se comenzó a germinar su poemario, Balada de un hombre con SIDA, el cual fue reconocido este año con el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría.

El poeta Pablo Narval habla sobre cómo encontró en Dios y en la poesía fuerzas para continuar. “Dios y la poesía me salvaron”, dice sin aspavientos. Se podría decir también que el Señor se manifestó a través de la familia y los amigos que estuvieron y están junto a él en los momentos complicados.

Pablo fue lector en la Catedral Metropolitana y actualmente se prepara para ser Ministro Extraordinario de la Comunión. “Un enfermo que lleva la comunión a otros enfermos”, expresa con felicidad.

Tras recibir aquella difícil noticia y sentir el desprecio de algunos, se sumió en una pesadumbre absoluta, incluso reconoce que en algún punto decidió no tomar los retrovirales, pues prefería morir. Así, su salud comenzó a deteriorarse hasta quedar hospitalizado.

En el centro médico hubo momentos que no olvidará. Como cuando estuvo en Cuidados Intensivos y no tenía símbolos religiosos cerca, pero él quería tener una cruz. En una bolsa para el vómito encontró un papelito, comenzó a rasgarlo e hizo una cruz que aun conserva.

“Recordé aquellos santos que cuando estaban en prisión diseñaban una Cruz para tenerla consigo”, mencionó.

En otra ocasión, mientras estaba en la cama del hospital, sentía que moría y rezaba por que llegara un sacerdote para pedirle el Sacramento de la Reconciliación. Justamente, tras finalizar su oración, al minuto apareció un presbítero que casualmente llegaba a visitar a otro enfermo.

Estuvo siete días grave, sin poder comer nada, tenía que usar una sonda. Una noche, estaba en la cama al lado de la ventana, miraba el cielo y rezaba. “Yo estaba entre despierto y dormido, vi una figura blanca que venía hacia mí. Pensé que era una enfermera, vestía una manta blanca y un manto azul en la cabeza, me dijo: “Tranquilo, te voy a cuidar”, me cobijó y agregó: “Tranquilo, que aquí está tu madre”.

“Al día siguiente llegó mi mamá y me entregó un Rosario, yo lo rezaba en mi cabeza porque no podía hablar, rezaba todos los días”, añadió Pablo. Más tarde, comenzó a recuperarse poco a poco y hasta ayudaba a otros enfermos, a quienes leía poesía. “Al final, también fui un instrumento de Dios allí”, expuso.

“Todos tenemos un viacrucis”

Unos versos de su poemario expresan su sentimiento: Tenemos que ir más allá del dolor, / ser fieles a él, /ser iguales en él, /y absorber su misterio como en la palabra de Dios.

Pablo comentó a Eco Católico que: “Dios es lo primero, Él ha estado presente en todas las circunstancias que he vivido durante la enfermedad, Dios era el primero en el que pensaba, me daba la fuerza para seguir adelante y llevar esa Cruz, que es el dolor y que todos en algún momento llevamos”.

Ese viacrucis personal “nos hace semejantes a Cristo en el Calvario”, dice, y agrega que siempre trata de dar testimonio a través de su arte, porque “Él me dio el don, ¡cómo no voy a hacerlo!”.

Pablo fue lector en la Catedral Metropolitana y actualmente se prepara para ser Ministro Extraordinario de la Comunión. “Un enfermo que lleva la comunión a otros enfermos”, expresa con felicidad.

Detalla que reza el Rosario todos los días y asiste a Misa cada domingo. Recuerda que cuando rezaba el Rosario en su casa había una imagen del Cristo crucificado del pintor Diego Velazquez, esto inspiró su poema Frente al Cristo de Velázquez (poema adjunto al final del artículo).

La Balada del Hombre con SIDA

Pablo ha publicado el ensayo El silabario del poeta (2012) y los libros de poesía: Cartas para inventarnos (2012), La mosca en la cortina (2017), Aquí comienza el mundo (2018) -con el cual obtuvo el Premio Lisímaco Chavarría 2015-, y Al final del silencio (2021). También fundó el colectivo Kinoglaz, el cual fomenta la cultura y el arte en sus diversas expresiones.

En 2017 comenzó a desarrollar La Balada de un hombre con SIDA y el año pasado obtuvo el premio Eunice Odio de la Editorial Costa Rica (ECR) por esta obra, un poemario donde plasma el dolor que sufrió a causa de su enfermedad, la discriminación de la cual fue víctima por su condición de seropositivo y la falta de empatía por parte de algunas personas.

Los poemas están inspirados en experiencias, situaciones o emociones vividas relacionadas con el VIH+. La estructura del libro está basada en canciones de la banda de rock británico Queen, cuyo cantante, Freddy Mercury, falleció a causa del SIDA.

Pablo expone que aun existen estereotipos y prejuicios en contra de las personas portadoras de VIH+. Relató, por ejemplo, que tenía una novia, a quien los papás le prohibieron salir con él por su enfermedad.

Escribir La Balada de un Hombre con SIDA le sirvió también para hablar abiertamente de su enfermedad, contarle a amigos y familiares que no sabían esto, y así sentirse liberado.

El pasado 21 de marzo, recibió la gran noticia de que este libro fue reconocido con el Premio Nacional de Poesía Aquileo J. Echeverría.

Durante la presentación del libro, Pablo trajo a colación las palabras de San Juan Pablo II, quien decía que los portadores del VIH eran “los leprosos del Siglo XX” y que había que abrazarlos y amarlos, como hizo Jesús con aquellos.

En la entrevista además recordó la Carta a los Artistas del mismo pontífice, que al inicio dice: “Nadie mejor que vosotros, artistas, geniales constructores de belleza, puede intuir algo del pathos con el que Dios, en el alba de la creación, contempló la obra de sus manos”.

Pablo Narval trabaja como misceláneo y recientemente cumplió 41 años de edad. “Gracias a Dios reconozco que sin la participación de lo Divino, no estaría aquí en este mundo”.

Comentó que su deseo es continuar desarrollando proyectos para fomentar la poesía, la cultura y el arte en general, entre las personas jóvenes.

Próximamente quiere publicar un libro basado en relatos de las Sagradas Escrituras, donde desea, por ejemplo, plantear cómo San José pudo conquistar con versos a la Virgen María. Según expresó, espera que esta obra toque muchos corazones.

 

Extracto del poema Frente al Cristo de Velázquez

Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero.

Santa Teresa de Jesús

 

Quisiera quedarme a tu lado,

como un niño que se ovilla en la seda del mundo,

ser ese encuentro cristalino

que es el don de un hombre enfermo

que sabe adorar

las cruces y los frutos.

Quisiera quedarme en tu llaga,

no dolerme más, no dolerte más,

ser un pequeño reclamo

que se le extravió a un ángel

y que me cobije el árbol más simple,

para quedarme sin palabras que decirte,

y ser esencia del silencio en tu reposo.

 

Pablo Narval

 

Last modified on Viernes, 14 Abril 2023 11:37
Danny Solano Gómez

Periodista, licenciado en Producción de Medios, especializado en temas de fe católica, trabaja en el Eco Católico desde el año 2009.

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