A las 24 semanas de gestación, un bebé puede sobrevivir fuera del vientre materno, incluso, ha habido casos de menos tiempo. A las 24 semanas, el bebé tiene todas sus estructuras interconectadas al Sistema Nervioso Central, por lo tanto, es capaz de sentir dolor.
A las 24 semanas, ya tiene cejas y vello, responde a sonidos familiares como la voz de sus padres, duerme y se despierta, puede succionar su pulgar y tener hipo. Para entonces, su sistema digestivo funciona, se empieza a producir el factor surfactante, que es el que permite que los pulmones se inflen y se desinflen sin colapsarse una vez que empieza a respirar aire.
Pero, más allá de eso, como explica la Doctora Sadie Morgan de Médicos Por la Vida, más o menos semanas no le restan dignidad humana a la persona por nacer, pues se trata de todo un proceso, uno que no debe ser truncado por otros, quienes deciden si vive o no.
Nuevamente, una polémica decisión de la Corte Constitucional de Colombia. Recientemente, legalizó la eutanasia a pacientes que no tienen una enfermedad terminal y, ayer, 21 de febrero, falló retirar el delito del aborto del Código Penal, al punto que una persona tiene permitido eliminar al ser humano en el vientre materno hasta la semana 24 de gestación.
Si bien, no se aprobó ningún proyecto de Ley en el Congreso de la República, los jueces tomaron la decisión de aprobar el aborto hasta la semana 24 en una votación dividida, con cinco votos a favor y cuatro en contra.
Diferentes agrupaciones feministas festejaron esta sentencia como una victoria, tras años de presionar por diversos medios para que el crimen del aborto no sea penado y que incluso sea facilitado por el Estado.
Por su parte, las diferentes agrupaciones provida lamentaron la decisión de la Corte Constitucional. La doctora Morgan, expuso que este caso sigue la misma tendencia como ha ocurrido en otros, es decir, se buscan portillos legales, que se abren cada vez más hasta conseguir aprobar actos como la eutanasia y el aborto libre.
La médica expone que este modus operandi es el mismo que se aplica en Costa Rica. Un ejemplo, es la manera como el gobierno promovió y aprobó la llamada Norma Técnica para el Aborto Terapéutico, a pesar de que el Código de la Niñez y Adolescencia es claro en su Artículo 12 es totalmente claro en el derecho a la vida desde la concepción.
Colombia, por cierto, ha ido más lejos que otros países en este tema, pues en naciones como Francia y España, se permite eliminar la vida de un no nacido hasta la semana 12 y 14 respectivamente.
Para la doctora Morgan, Costa Rica debe estar alerta ante este tipo de iniciativas y evitar que se sigan abriendo portillos con el fin de vulnerar derechos universales y fundamentales, como el Derecho a la Vida.
“Costa Rica no está ajeno a eso (…) lo hemos visto en candidatos y en diputados, incluso en los últimos comicios, es un camino que vamos a seguir si no actuamos, una vez que se pierde el respeto a la vida humana es más fácil avanzar en esa pendiente de destrucción”.
Pena de muerte para inocentes
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia reaccionaron “con perplejidad y profundo dolor”, tras recibir la noticia de la despenalización del aborto en ese país sudamericano.
Los prelados reconocen que el aborto “responde a dramas humanos que acarrean dificultades y angustias para la madre y su entorno”, no obstante, consideran que el modo de afrontar toda forma de “exclusión, abandono o penuria económica”, no es negando el derecho a la vida, sino creando un “ordenamiento jurídico” que procure su defensa y protección.
Asimismo, en el comunicado de prensa enviado señalan que: “La reivindicación de un derecho deja de ser legítima si implica negar o atropellar los derechos del prójimo. No se puede ocultar o minimizar el hecho de que todo embarazo implica la existencia de otro ser humano, distinto de la madre, en condiciones de indefensión y vulnerabilidad, quien tiene a su vez el derecho a formar parte de la familia humana”.
El episcopado señala que la Constitución de Colombia ampara el derecho a la vida de las personas y a recibir la protección del Estado. Sostener que estos no son cobijados desde el momento de la concepción “es una afrenta a la dignidad humana”, lamentaron los obispos.
“Tutelar el supuesto derecho a suprimir una vida humana inocente, pone en riesgo el fundamento mismo de nuestro orden social y del Estado de Derecho. El aborto directo es un acto inmoral y una práctica violenta contraria a la vida”, subrayaron.
Los Obispos apelaron a la solidaridad creativa en favor de la vida y de las mujeres. Reconocen que el problema del aborto no puede limitarse únicamente a la mujer gestante, sino que “reclama la solidaridad de la sociedad entera”.
De esta forma, hacen un llamado a acciones humanitarias, con miras a brindar soluciones y alternativas acordes a la dignidad humana.
