En las instalaciones de la Antigua Red de Frío, aproximadamente 50 indigentes recibieron gratuitamente atención médica, psicológica y odontológica, así como servicio de baño, barbería y corte de cabello, alimentación, entre otros.
Aun más, se intervino el Parque INVU Las Brisas, allí los voluntarios repararon los juegos infantiles, demarcaron la cancha de baloncesto, pintaron los poyos y le dieron una cara totalmente nueva al lugar. También se llevó a cabo un trabajo de limpieza por las calles del cantón y hubo tareas de reciclaje.
La actividad contó con el apoyo de Watts Luz para mi Ciudad, una organización que da apoyo a sectores vulnerables del país, a través del trabajo voluntario.
La Diócesis de Tilarán-Liberia se sumó a la iniciativa, en conjunto con la Municipalidad de Cañas, Damas Voluntarias, IAFA (Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia), iglesias evangélicas y representantes de fuerzas vivas de la comunidad.
“La gente no cambia por eventos”
Pero las cosas no se quedan en el asistencialismo de un día. Uno de los objetivos de esta actividad era promover el trabajo conjunto entre las agrupaciones de Cañas. De esta forma, se espera que pronto se conforme una asociación para ayudar a estos hermanos de una forma integral.
Mons. Manuel Eugenio Salazar, obispo diocesano, felicitó al voluntariado que participó en la actividad y recordó que el rostro de Jesús está presente en los hermanos en condición de calle.
Miguel Lizano, representante de Watts Luz para mi ciudad, expuso que la organización cuenta con el apoyo de unos 200 voluntarios quienes se movilizan a diferentes partes del país para llevar a cabo actividades como esta, con la idea de que en la comunidad se genere un proceso de trabajo.
“La gente no cambia por eventos, pero si llegamos y establecemos un proceso de cambio, no solo cambian los muchachos de la calle, sino la comunidad”, expresó.
Lizano adelantó que esperan hacer lo mismo en Nicoya. Además, se mostró muy ilusionado por la idea de crear una asociación entre los grupos de la comunidad y detalló que su organización acompañará el proceso.
También consideró valioso la participación de las iglesias, aunque fueran de denominaciones distintas. “Decía Monseñor que el servicio a los pobres nos une, aquí no es solo una iglesia, además está gobierno local y damas voluntarias y otros”, agregó.
El diácono Francisco Venegas, encargado de Pastoral Social Diocesana, informó que, según datos de la Municipalidad de Cañas, en este tiempo de pandemia se ha duplicado la cantidad de indigentes en el cantón, antes se calculaba que había poco más de 20 y actualmente se registra una cifra de 50 hermanos y hermanas.
Venegas también destacó la solidaridad y el trabajo conjunto entre diferentes agrupaciones de la comunidad. Asimismo, resaltó la importancia de conformar una asociación, con personería jurídica, que permita trabajar de una manera más organizada y formal.