“Con la bendición de nuestro párroco, el sacerdote José Eduardo Barquero, y con una oración en mano, estoy lista para viajar a olimpiadas”. La marchista costarricense, Noelia Vargas, colocó en su página de Facebook este mensaje junto a una fotografía con el padre Barquero, cura párroco de Santiago de Puriscal.

La atleta de 21 años, se prepara para su participación en la disciplina de marcha atlética en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde también participará su hermana, Andrea, en la prueba de 100 m. vallas.

Esta es la primera vez que dos hermanas costarricenses competirán juntas en el mayor evento deportivo del mundo. Ambas, además, tienen como entrenadora a su madre, Dixiana Mena.

Eco Católico conversó con Noelia, quien comentó que tanto a ella como a sus hermanos les han enseñado a ser personas integrales y, precisamente, los valores religiosos forman parte de su vida cotidiana.

Deporte y fe

Una comunidad rural de Puriscal vio crecer a esta joven, quien formó parte de Infancia Misionera y participó de convivencias con religiosas de la comunidad. “Mi fe viene de mi familia, misioneros, misioneras y sacerdotes, que me han enseñado qué es lo más importante en nuestras vidas”, manifestó.

Agrega que el Señor la ha bendecido con una familia que le ha ayudado a desarrollarse como deportista. “Mi madre es una formadora en deporte y una persona que me ayuda a crecer como deportistas y como ser humano”, detalló.