Su ideal: amar profundamente a Jesús, “su Rey”, y difundir su devoción junto a la de su divina Madre. Su íntima alegría es la posibilidad de acercar a la verdad evangélica a los niños, a los pobres, a los que sufren, a los marginados. La más ambicionada recompensa a sus sacrificios es la de ver reflorecer la paz y la fe en una vida “perdida”. Haciéndose como el Apóstol, “toda para todos” y olvidándose de sí para conquistar cada vez nuevos amigos a su Jesús, se entrega hasta el último de sus días.
1902: Nace en Granada, Nicaragua, en el seno de una familia acomodada profundamente católica. Tuvo 13 hermanos.
1911: Es una de las primeras inscritas en el recién fundado colegio de las Hijas de María Auxiliadora, congregación de la que sería parte el resto de su vida.
1920: Parte al Salvador para iniciar su noviciado y el 16 de enero de 1921 recibe el hábito religioso de las Hijas de María Auxiliadora por lo que pasa a llamarse Sor María Romero.
1929: Luego de años como profesora en el Colegio María Auxiliadora en Granada, Nicaragua, profesa sus votos perpetuos.
1931: Es enviada a Costa Rica donde se dedicó a servir a los necesitados durante 46 años a través de importantes obras sociales muchas de las cuales perduran hasta hoy.
1977: Fallece en Nicaragua mientras estaba de vacaciones en una casa alquilada por su hermana en el balneario de Las Peñitas, en León.
1988: Se abre su proceso de canonización siendo declarada venerable por San Juan Pablo II el 18 de diciembre del año 2000.
2002: El Papa San Juan Pablo II la proclama beata.