Face
Insta
Youtube
Whats
Martes, 07 Octubre 2025
Image

¿Cómo entender la creación de la mujer según la Biblia?

By Mons. Vittorino Girardi S. Julio 16, 2024

“Monseñor, me alegra mucho que siga contestando a nuestras preguntas y esperamos que pronto la edición en papel del Eco Católico vuelva a estar en las parroquias, como antes de la pandemia. He recibido clases de iniciación bíblica y, sin embargo, no todo me ha quedado claro. He aquí un ejemplo: en conclusión, ¿cómo hay que entender la creación de la mujer? ¿Ha sido sacada de la costilla del varón o no lo ha sido? En algún encuentro, cuando se toca esa cuestión, la mayoría reacciona con bromas, pero de hecho, quedamos sin respuesta. ¿Puede ayudarnos?”.

José Alberto Mora Q. -  Atenas

 Estimado don José Alberto, cuando se trata de “interpretar” y de entender correctamente la Biblia y, en particular, la primera parte del Antiguo Testamento, que trata de los orígenes (protología), no hay que pretender alcanzar de una manera exhaustiva y definitiva, todo lo que el Autor sagrado ha querido decirnos. A veces hay que conformarse con lo esencial o fundamental, dejando para ulteriores estudios y expertos, el poder alcanzar nuevos contenidos de aquellos relatos. La Exégesis, que es la ciencia necesaria para la comprensión de la Palabra de Dios transmitida en la Biblia, es una ciencia, y como toda ciencia admite progresos y posibles correcciones.

Si ahora nos acercamos al relato de la creación de la mujer, un primer criterio que debemos tener siempre presente es que la creación de parte de Dios, es un misterio que el creyente judío, ni debe ni puede comprender. Tampoco nosotros lo podemos comprender. Nos es fácil ver lo que es una común transformación, por ejemplo, la que lleva a cabo un carpintero que transforma una madera en un bello mueble, pero cómo puede hacer surgir de la nada una roca, una planta u otro ser viviente, supera nuestra comprensión y de ella nadie, en este mundo, tiene experiencia.

Sólo Dios puede conocer realmente lo que es Crear a partir de la… nada.

El relato de la creación de la mujer, en el libro del Génesis, no tiene entonces como intención explicarnos tanto su origen, cuanto revelarnos cómo Dios considera a la mujer, y cómo nosotros la debemos considerar. Para decírnoslo, el Autor sagrado emplea imágenes y símbolos que el pueblo de su tiempo comprendía fácilmente, porque le eran familiares y propios de su cultura.

He aquí un ejemplo. Para describir la creación del hombre, el Autor sagrado usa una comparación muy conocida, la del alfarero. Dios modela al hombre como el alfarero modela su obra, quizá un vaso de cerámica… El hombre es creatura de la mano de Dios y está hecho de barro… Lo que quiere decirnos, no es que Dios así haya logrado su obra, sino que se nos hace comprender que el ser humano es una creatura plenamente dependiente de su Creador y que, a la vez, es frágil, como lo es una vasija de barro y que puede fallar.

La enseñanza que el autor sagrado nos transmite, no es en absoluto una información científica, sino, teológica. Nos dice cómo Dios ve, considera, al ser humano.

Si ahora aplicamos este fundamental criterio al relato de la creación de la mujer, pronto advertimos que nos encontramos con una enseñanza fundamental. El Autor no nos narra un hecho histórico, sino que él narra para enseñarnos que el varón y la mujer poseen una idéntica dignidad y, que además, se da entre ellos una atracción fundamental de complementariedad.

Al varón -para decirlo de algún modo- le falta algo de lo que está llamado a ser, y sin la mujer no podrá lograrlo; lo mismo decimos en relación con la mujer: ella tiende fuertemente a estar allá, en el costado del hombre de donde Dios la formó. Dicha atracción, les conduce a los dos a la aproximación, al amor fecundo, al matrimonio monogámico. Todo ha sido sintetizado por aquella afortunada y muy atinada expresión: “sacada de la costilla”. De hecho, sin embargo, no es que la mujer haya sido sacada de la costilla del varón, sino que la verdad revelada nos afirma que los dos han sido creados por Dios y que -como ya dijimos- gozan de la misma dignidad. Y esto último ha sido afirmado con la expresión: “hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gén 2, 23).

Cuando, además, el Autor sagrado, nos dice que el varón estaba dormido cuando Dios realizó la misteriosa cirugía, otra vez más, ha puesto de relieve no una información “médica”, sino que quiere recordarnos que el acto de la creación es un misterio y que el ser humano no puede comprender, precisamente como alguien que esté dormido no ve ni entiende nada.

Preguntarnos entonces, cómo, de hecho, Dios haya creado al hombre y a la mujer, está fuera de los intereses del Autor sagrado. Él tampoco lo sabe, ya que es un misterio; sólo quiere decirnos quién y qué es el ser humano para Dios, a saber, creatura que en todo depende de Él, y al mismo tiempo frágil y que puede fallar. Lo mismo hay que decir acerca de la creación de la mujer. Ya lo pusimos de relieve: al Autor sagrado le interesa decirnos quién es ella en relación con el varón; no cómo Dios la haya creado.

Estimado don José Alberto, las nuestras entonces, son preguntas a las que el Autor sagrado nunca ha contestado, porque, además, pertenecen precisamente al misterio que es la Creación.

 

Síganos

Face
Insta
Youtube
Whats
anuncioventa25.png
puntosdeventa
Insta
Whats
Youtube
Image
Planes de Suscripción Digital
Image
Image
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad
puntos de venta
suscripciones
Catalogo editoria
publicidad