En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor les contestó: “Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y los obedecería.
¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra enseguida y ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú’? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?
Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’”.
Palabra del Señor.
Meditación personal:
Con sus sentencias sobre la fe, Jesús no busca desanimarnos, muestra que el evangelizador (enviado) no debe poner la confianza en lo escaso de su fe o de sus otros méritos, sino en la grandeza de Dios, para quien nada es imposible. La responsabilidad no descansa sobre nuestros hombros, sino sobre el Señor. Él ha querido tomarnos en cuenta, pero nosotros debemos dar nuestro aporte sin perder la serenidad.
- ¿Me siento seguro de mi propia fe o entiendo que también en eso es Dios quien me sostiene?
- ¿Acepto mis momentos de crisis con serenidad, buscando la ayuda necesaria?
Oración personal:
Acepto, Señor, la pequeñez de mi fe. Suple con tu amor todas mis carencias.
