Comunicado de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
Desde el 1 de noviembre el país ha sufrido intensas y prolongadas lluvias producidas por la concatenación de varios fenómenos hidrometeorológicos, a saber, la Influencia indirecta del Huracán Rafael, inestabilidad Atmosférica por Zona de Convergencia Intertropical y paso de Onda Tropical N.º 45, lo cual, tras diversas alarmas amarillas, naranjas y rojas a lo largo y ancho del país a llevado al Gobierno de la República a declarar estado de emergencia nacional. Así consta en el decreto ejecutivo N. 44754-MP.
Expresamos nuestra profunda solidaridad con las dos familias que han perdido seres queridos, las muchas que han estado en albergues temporales y las que continúan en ellos, las que han sufrido el daño en sus viviendas y enseres, así como los agricultores que han experimentado la pérdida de sus cultivos y la afectación a sus ganados. Sentimos dolor por los niños que no acurden a los comedores escolares mientras perdura el cierre provisional de los centros educativos. Lamentamos mucho el trastorno para las tareas productivas y comerciales, así como de urgencias domésticas por el cierre de caminos y carreteras.
Apreciamos y felicitamos por su servicio en la actual crisis al Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Costa Rica y sus diversas instancias: la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE), el Centro de Operaciones de Emergencia (COE), los comités municipales y locales de emergencias y todas las entidades que los conforman, los comités asesores y otras. Les animamos a mantener la mística y la generosidad en las diversas fases de la atención a la presente emergencia, prestando atención especial a las personas con mayores vulnerabilidades, como los niños; las mujeres, especialmente a las gestantes; las personas adultas mayores; las personas con discapacidad; las personas en situación migratoria tanto regular como irregular; las personas en situación de calle; las personas con afecciones de salud diversas.
Agradecemos profundamente la labor solidaria de la Pastoral Social Caritas en sus diversas instancias nacional, diocesanas y parroquiales que están sirviendo solidariamente en el apoyo a la atención de las personas en albergues temporales, así como a aquellas que no han abandonado sus casas, además de sus mascotas y otros animales. Especialmente agradecemos a los sacerdotes y agentes de pastoral que están brindando apoyo emocional a las personas afligidas por esta emergencia. Animamos a los grupos de pastoral social parroquial y equipos diocesanos a estar en contacto y al servicio de los comités cantonales y locales de emergencias. Le pedimos a la comunidad católica y a la población en general estar atentos a los llamados que se estarán haciendo en los próximos días acerca de las formas de cooperar en el proceso de respuesta y recuperación en esta emergencia.
Hacemos un llamado a las diversas entidades públicas que se abocarán en las siguientes semanas a la evaluación de daños y a la formulación de proyectos de recuperación, según lo ordena la legislación, a que presten toda la atención a las familias que tras esta emergencia verán agravada su situación de pobreza, así como a los pequeños y medianos productores agropecuarios, especialmente los muchos que carecen de seguros de cosecha. Ellos necesitarán asistencia financiera y técnica para su recuperación, así como para la alimentación de sus familias en el transcurso de su reactivación económica.
Cuaresma es un Tiempo propicio para reconocer que los grandes problemas sociales, que perjudican a tantos hermanos, tienen su origen en el pecado. Por ejemplo, en un mundo donde Dios destinó los bienes para todos no tendría por qué haber tanta desigualdad entre quienes tienes muchísimo y los que no tienen ni para comer.
Así reflexiona el Padre Edwin Aguiluz, secretario nacional de Pastoral Social Cáritas, quien motiva a participar de la Campaña Cuaresmal de la Solidaridad y de la Colecta de la Solidaridad, la cual se llevará a cabo con el propósito de apoyar económicamente a las diferentes obras sociales que lleva a cabo la iglesia en todo el país.
El sacerdote hace esta invitación en una época en la cual hay un llamado particular a la conversión a nivel individual, comunitaria, eclesial y social. “Para poder tener consciencia de la necesidad de la salvación en Cristo, a través del Misterio Pascual, debemos tener consciencia de nuestra condición de pecadores, por lo tanto, la necesidad de conversión, asimismo, la conversión permanente es una enseñanza de la Iglesia, pues constantemente debemos evaluarnos, corregirnos y acercarnos al Señor”, expresó.
El Padre Aguiluz explica que los problemas sociales y las injusticias son producto del pecado, “en el que todos participamos por acción u omisión”, si existen es porque hay algo que cambiar a nivel personal, comunitario, eclesial y social.
El representante de Cáritas expuso que este es un Tiempo Litúrgico propicio para reflexionar acerca de la labor social que se desarrolla en las Parroquias, a través de las Pastorales Sociales, relacionada con la promoción humana, el apoyo a sectores como agricultores y pescadores o la atención a poblaciones vulnerables (migrantes, personas en condición de pobreza, discapacitados…).
Asimismo, cabe mencionar el trabajo en la incidencia de políticas sociales en orden al Bien Común, como, por ejemplo, el impulso desde la Iglesia para que se favorezca la Economía Social Solidaria.
La Colecta de la Solidaridad
Ahora, cada vez que compre un paquete de Café Quetzal, Café Tarrazú, Café Dota Fresh, entre otros productos de Coopedota, usted colaborará con las obras sociales de la Iglesia.
Esto gracias a un convenio firmado entre la Pastoral Social Cáritas-Costa Rica y la Cooperativa de Caficultores de Dota, Coopedota RL, firmado este martes 29 de junio, en el Auditorio de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.