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Sábado, 20 Abril 2024
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Una comunidad empoderada, identificada con el cuidado de la Casa Común, que realiza actividades a favor del medio ambiente, como reciclaje o la siembra de árboles, que se organiza para ayudar a los vecinos más necesitados con donaciones de ropa o alimentos.

Así son las Comunidades Laudato Si´, una iniciativa de la Pastoral Social de la Arquidiócesis (PSA) de San José, de la cual usted y su parroquia, barrio, centro educativo, empresa y demás pueden formar parte.

Comunicado de la Pastoral Social-Caritas en el Día del Agricultor, cierre del Año Jubilar dedicado a San Isidro Labrador.

Al término de este Año Jubilar dedicado a San Isidro Labrador, la Pastoral Social-CARITAS, de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, saluda con sincero afecto y cercanía a todos nuestros agricultores, que desde la mañana hasta avanzada la tarde están labrando la tierra para que llegue el alimento a la mesa de todos los habitantes del país.

Hoy no son pocas las parroquias que están de fiesta, celebrando al santo Patrono de los agricultores, en la alegría y esperanza, de que al igual que los agricultores colocan la semilla en el surco que recibe las primeras lluvias y que el calor del sol hace germinar, la semilla del Evangelio sembrada en el corazón de muchos de el fruto deseado de santidad, paz, justicia social y fraternidad, valores que por la acción y fuerza del Espíritu hemos de fortalecer todos los días. Es la hora de apostar por todo ello, como fermento que fortalece también nuestra democracia, nuestra vida en sociedad y el sentido de comunidad.

Qué hermoso pensar que la espiritualidad vivida por San Isidro Labrador es en gran medida la que viven la mayoría de nuestros agricultores, quienes confían plenamente en la providencia divina, y desde ahí cultivan hermosas virtudes en el núcleo de sus hogares. Luchan por la unidad de la familia, el respeto y humildad, el amor al trabajo honesto, imprimiendo todo el empeño que es requerido, poniendo toda su confianza en el Señor. Estilo de vida que ha marcado nuestra identidad y que no podemos desechar sin más, por mirar únicamente resultados económicos. La vida humana es más que números, hay que mirar a la persona humana con todas sus implicaciones, y saber leer el proyecto de Dios al crearnos, en el que nos quiere disfrutando de la plenitud de vida que sólo Él nos puede dar.

Desde esta perspectiva, es que se considera urgente la articulación de los diversos actores, instituciones públicas y privadas, desde un genuino diálogo nacional para lograr integrar planes, proyectos y acciones comunes que faciliten procesos para el desarrollo integral de nuestros campos y de todas las personas en nuestra sociedad.

Cabe mencionar temas como las ferias del agricultor, los mercados de mayoreo y otras formas de comercialización de los productos agrícolas deben facilitar la justicia social y no el empobrecimiento de los pequeños agricultores, además de posibilitar la justa comercialización de los productos.

De ahí que, entre otros temas consideramos se debe atender: la intermediación comercial de los productos agropecuarios, costo de insumos agrícolas, escasez de espacio de áreas de cultivo, recurso hídrico, erosión de suelos, riqueza por la biodiversidad, reactivación económica del área, situación de los trabajadores agrícolas incluidas las mujeres, agricultura sustentable y sostenible, seguridad alimentaria.

Es importante igualmente señalar, la importancia de impulsar un desarrollo integral de los territorios agrícolas y atención de la desigualdad entre los territorios. Temas como la agroindustria, las microempresas, el emprendedurismo de las mujeres, la agricultura orgánica y otros, desde una visión de desarrollo económico, cultural y social en nuestras comunidades rurales podrían resolver en parte la realidad adversa por el desempleo, la pobreza, y la falta de reactivación del agro costarricense.

La Pastoral Social Caritas, comisión de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, ha emitido un comunicado sobre el proyecto de ley 21.182, orientado a introducir algunas reformas al Código de Trabajo; entre ellas, las jornadas de trabajo de 12 horas durante cuatro días consecutivos, seguidos de tres días de descanso (jornadas 4-3; en algunos casos, 3-4), en ciertas labores y bajo ciertas condiciones.

La reflexión de la Comisión se fundamenta en la ética social, desde donde la Iglesia aborda temas como el trabajo y el desarrollo humano, que consiste en “el paso, para cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas” (san Pablo VI, Populorum progressio 20).

Durante cuatro o tres días, las personas trabajadoras sujetas a estos horarios de trabajo estarían 12 horas fuera de su hogar, a las que habría que sumar las de desplazamiento entre sus lugares de habitación y sus centros de trabajo. Fácilmente, esto significaría 14 horas o más fuera del hogar. Explicando el comunicado, el vocero de la Pastoral Social, Pbro. Edwin Aguiluz Milla señaló que “este régimen de trabajo afectaría la convivencia familiar, debilitando los vínculos de la familia. Perjudicaría seriamente las tareas de cuido de las personas dependientes (menores de edad, adultos mayores y otras), lo que se comportaría, en muchos casos, la imposibilidad de incorporarse al mercado laboral de muchas personas. Dado que comúnmente las mujeres son quienes cargan con el mayor peso de las tareas de cuido, estas estarían seriamente afectadas y, en muchos casos, verían cerradas las posibilidades de acceder al trabajo remunerado formal. Las jornadas 4-3 serían incompatibles con los horarios de estudio de una gran parte de trabajadores que estudian fuera de su jornada laboral. Además, está documentado que jornadas laborales tan extensas tienen un impacto en la salud física y mental de las personas trabajadoras”.

No existen garantías de que, en las actuales condiciones de la inspectoría del trabajo por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, se respete para todas las personas el principio de voluntariedad en la incorporación en el régimen de las jornadas 4.3, explica el comunicado.

El Pbro. Aguiluz expresó que el documento advierte que se debe respetar la identidad cultural de una gran parte de la población costarricense que es confesionalmente cristiana, por lo que el domingo es parte importante de su espiritualidad, como día de alegría, descanso y solidaridad. Las jornadas de 12 horas en día domingo son incompatibles con esta práctica de una gran parte los costarricenses.

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