Después de ocho días en barco, subiendo por el río Amazonas, llegamos a Tabatinga, en la triple frontera de Brasil-Colombia-Perú. Salimos del puerto de Manaus en medio de mochilas, hamacas de muchos colores e historias dibujadas en los rostros de tantos viajeros con quienes compartimos el barco y la vida.
Luego de una rápida visita a Leticia en Colombia, continuamos anoche nuestro recorrido, esta vez en una lancha, hacia Iquitos en Perú. Mientras escribo estas líneas, me acompaña un sol que apenas nace, el imponente río y la fuerza del misterio divino que me invita a remar hacia aguas más profundas, allí donde las heridas están más abiertas y las vidas más amenazadas.