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Viernes, 29 Marzo 2024
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Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal a la Iglesia y al pueblo de Costa Rica al finalizar la CXXVII Asamblea Ordinaria 

“El amor a Dios y al prójimo es un único amor”

Cuaresma: tiempo de actuar y de detenerse ante el hermano herido

 

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, reunidos los días 26 al 29 de febrero de 2024, en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, compartimos nuestro sentir.

En su mensaje para la Cuaresma del presente año, el Papa Francisco nos ha recordado que “es tiempo de actuar… de detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido. El amor a Dios y al prójimo es un único amor. No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del prójimo”.

La Iglesia, desde su origen en nuestro Señor Jesucristo, es portadora de una buena noticia: “el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres” (Lucas 4,18). Los discípulos del Señor se dispersaron “anunciando el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo” (Hechos de los Apóstoles 8,12), mensaje que entraña la posibilidad de vivir según el proyecto de Dios, desde las actitudes de amor, justicia y solidaridad, tanto en el ámbito interpersonal como en el social.

Hemos querido en esta Cuaresma, en consonancia con la invitación del Papa Francisco, reflexionar sobre nuestra realidad desde la visión del desarrollo humano integral al que nos invitó san Pablo VI, en su encíclica Populorum progressio. Dicho desarrollo se concibe como el resultado de una dinámica social que permita que el ser humano vaya alcanzando cada vez más plenitud de vida, conforme con su elevada dignidad. Nos referimos a este tema fundamentados en que “la Iglesia está llamada a promover el desarrollo integral del hombre a la luz del Evangelio. Este desarrollo se lleva a cabo mediante el cuidado de los inconmensurables bienes de la justicia, la paz y la protección de la creación”. (Papa Francisco, Carta al Dicasterio Desarrollo Humano)

Como pastores, sentimos el deber de reflexionar sobre el desarrollo humano de Costa Rica y de la población de cada una de nuestras diócesis, atendiendo a sus desafíos, tanto en lo que debemos superar como en lo que debemos potenciar. Destacamos algunos aspectos de nuestra evaluación del actual modelo de desarrollo del país.

 

Aspectos que limitan el desarrollo humano integral

Mirar el desarrollo costarricense solamente desde indicadores económicos sería un error. Ya el Papa san Juan XXIII afirmó que “el desarrollo económico y el progreso social deben ir juntos y acomodarse mutuamente, de forma que todas las categorías sociales tengan participación adecuada en el aumento de la riqueza de la nación" (Mater et magistra, 73).

El país cerró el año pasado con una de las mejores tasas de crecimiento económico de la región latinoamericana: primer lugar mundial de atracción de inversión extranjera directa en proporción al tamaño de nuestra economía; reducción de la deuda pública respecto del producto interno bruto; reducción de la tasa de desempleo; país con la menor tasa de inflación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico OCDE; crecimiento sobresaliente en sus exportaciones, incluidas las exportaciones agrícolas; con un gran prestigio, al punto de haber sido declarados como el “destino turístico del 2024”[1].

Pero, lamentablemente, hay evidencias de que no marchamos decididamente hacia un mayor desarrollo humano integral:

"Señor Danos siempre de ese pan" (Jn 6, 34)

"Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal a la Iglesia y al pueblo de Costa Rica al finalizar la CXXII Asamblea Ordinaria

Los Obispos de Costa Rica nos hemos reunido bajo la mirada maternal de Nuestra Señora de los Ángeles, en la CXXII Asamblea Ordinaria del 9 al 12 de agosto. Nos sentimos alegres ante la respuesta de fe que año con año se renueva con motivo de la Fiesta Nacional en honor de nuestra Madre y Patrona, que acabamos de celebrar hace solo unos días, contando con las limitaciones y los cuidados sanitarios que la pandemia nos sigue pidiendo.

Saludamos en el Señor a todos los fieles católicos, a los creyentes en Dios y a todas las personas de buena voluntad para ofrecerles este mensaje al finalizar nuestro encuentro.

Enviamos nuestra palabra de aliento en especial para los presbíteros, con motivo de la reciente celebración en honor de San Juan María Vianney, patrono de los sacerdotes. Les agradecemos sus desvelos en la misión de evangelizar y acompañar al pueblo santo de Dios, por su caridad pastoral, y pedimos para que sigan mostrando el rostro misericordioso del Señor en el llamado que de Él han recibido.

Como parte de nuestra reunión, hemos reflexionado sobre el quehacer de nuestra Iglesia y la realidad que afronta nuestra sociedad, con el fin de comprender e interpretar los tiempos que vivimos, para dar un mensaje de aliento a la luz del Evangelio (cfr. Gaudium et spes, 4). Queremos ofrecer palabras de esperanza a la luz de la fe y de los valores que han caracterizado a nuestra Nación, en procura de que entre todos contribuyamos a un mejor rumbo de Costa Rica, cercanos ya al 200 aniversario de su independencia.

1. Bien común

Las secuelas que está dejando la pandemia provocada por el COVID-19 saltan a la luz y ponen en mayor evidencia las grandes brechas sociales y económicas que dividen a nuestro país. Al mismo tiempo reconocemos los esfuerzos que se han realizado para responder a esta emergencia sanitaria tanto por las autoridades estatales como por tantas personas e instituciones que se han involucrado en la lucha por mitigar las secuelas generadas por la pandemia.

El próximo sábado al atardecer, la Iglesia Católica iniciará el tiempo del Adviento, una época de preparación espiritual para la Navidad. A propósito de ello, los obispos del país han dado a conocer hoy un mensaje en el que exhortan a todos los creyentes y a las personas de buena voluntad a ser portadores de esperanza, a estar realmente cerca de los más necesitados, y manifestar así la solidaridad.

A continuación su comunicado íntegro:

 

MENSAJE PARA EL TIEMPO DE ADVIENTO DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE COSTA RICA

LA ESPERANZA NOS ANIMA Y FORTALECE

«¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación» Isaías 52, 7

 

Nos alegramos por el inicio de un nuevo Año Litúrgico, el cual comenzamos gozosamente con el Adviento, tiempo de esperanza y de gracia para preparar la venida del Señor a nuestras vidas.

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