La Academia de Líderes Católicos realiza su VI diplomado sobre Doctrina Social de la Iglesia y este año está dedicado a la mujer en la vida pública, feminismos, género e identidad católica. Agradezco a Dios el don de poder participar junto a más de 300 estudiantes de todo el mundo.

Me ha encantado que la charla inaugural haya sido sobre la figura de la Virgen María, modelo de toda mujer. He visto como un signo muy positivo que el primer examen que ya realizamos haya sido sobre la carta apostólica Mulieris Dignitatem. Ya el Espíritu Santo a través de San Juan Pablo II nos dejó a las mujeres una ruta a seguir y para mí es el documento clave cuando hablamos de cualquier reflexión sobre las mujeres.

Con este hermoso comienzo, las clases están muy interesantes en esta primera semana donde María Luis Aspe, directora académica e historiadora nos está ubicando en el contexto del nacimiento del feminismo y Marta Rodríguez, ex jefa de la sección de Mujer del Vaticano nos ilustra sobre el tema de género, persona y sexo.

Los testimonios variados de mujeres que han ocupado o tienen cargos en la vida pública nos ilustran sobre el verdadero camino de la mujer hacia la igualdad, con sus retos, logros y dificultades. También me parece muy interesante el trabajo en grupos con personas de diversas culturas porque nos ayuda a poder tener un pensamiento más abierto sobre el tema y no limitarlo a la realidad de un solo país.

Otro aspecto muy positivo es la red que se puede crear en diferentes niveles para poder construir proyectos positivos en favor de la mujer. Me alegra saber cuantas mujeres tan preparadas tenemos, con tanta experiencia en tan variados campos y con tanta fe en Dios. Como siempre lo he dicho, creo en la mujer para hacer un verdadero cambio positivo en la humanidad.

El segundo examen es sobre las actas de la Pontificia Comisión para América Latina en su Congreso sobre “La mujer, pilar de la Iglesia y de la Sociedad en América Latina”. A pesar de que es un texto denso y bastante amplio me parece un gran acierto pues es una rica reflexión de la mujer realizada desde la Iglesia con intervención de las mismas mujeres.

Si algo positivo tiene la pandemia es que nos ha permitido comunicarnos a través de Internet y es muy novedoso poder llevar todos estos diplomados a través de herramientas como Zoom, que, aunque no sustituye la comunicación presencial, es una forma de abarcar muchos países y culturas al mismo tiempo.

Me ha gustado también escuchar lo que los jóvenes se cuestionan y me ha hecho preguntarme por qué no abrir más el diálogo con los jóvenes para poder ofrecerles otros puntos de vista en los que ellos puedan también cuestionarse.