Hay que reconocer que el Papa Francisco predica siempre con el ejemplo en todo lo que dice. Él ha pedido dar a la mujer más espacio en la toma de decisiones de la Iglesia y él mismo está incluyendo mujeres en el Vaticano, quizás no tantas como quisiera, pero sí en posiciones clave, por ejemplo, la designación de la Dra. Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina y Nathalie Becquart subsecretaria para el Sínodo de los Obispos desde el año 2021 y con derecho a voto, entre otras.
En el Sínodo de la Amazonía yo di la razón a la queja de las mujeres porque me parecía injusto que los religiosos superiores presentes pudiesen votar, pero las superioras presentes no. En aquel momento, el Papa Francisco dijo “recojo el guante del que ‘seamos escuchadas’ recojo el guante”. Y me parece que ha cumplido con escuchar a las mujeres y dar pasos significativos, yo, por ejemplo, creo que al Papa Francisco le importamos mucho las mujeres como lo demostró Jesús con sus actos cuando estuvo en este mundo.
Ahora, el Sínodo es un organismo de los Obispos y de verdad que si las mujeres (además de las religiosas que participan) no votamos en un sínodo yo no tengo ningún problema con tal de que siempre seamos escuchadas. Hablo desde mi perspectiva, para mi es más importante ser compañera de camino de los Obispos y del clero, a ejemplo de Santa Catalina de Siena, que votar en un sínodo, pero me ha iluminado la explicación ofrecida por Mons Luis Marín de San Martin, secretario para el Sínodo de los Obispos.
Mons. Marín dijo: “La decisión del Papa de ampliar la participación a un grupo de no obispos mantiene, como debe ser, la especificidad episcopal del Sínodo de los Obispos y no la desnaturaliza ni la anula. El porcentaje de obispos participantes es, grosso modo, del 75% y el de no obispos del 25%. Porque se trata de una estructura episcopal”.
“Entonces podemos preguntarnos, ¿por qué incluir a no obispos? Para ayudar al discernimiento. La decisión tomada por el Papa se inscribe en la lógica de la sinodalidad… No tiene competencias para decidir nada, sino para formular propuestas y ofrecer consideraciones al Papa, que luego toma sus decisiones libremente. El voto no es lo más importante, sino que se inscribe en la clarificación del proceso de discernimiento” agregó.
“También es significativa la decisión papal de que sean mujeres al menos el 50% de los participantes no obispos. Va en consonancia con lo que es una constante fuertemente indicada en las síntesis resultantes del proceso de escucha; por ejemplo, aparece muy clara en los siete documentos continentales. Todavía debemos avanzar mucho más en la presencia de las mujeres en las estructuras de gobierno (paulatinamente va creciendo en la Curia Romana y en las administraciones diocesanas)”.
Hago mías las palabras de Mons. Luis Marín: “El voto no es lo más importante, sino que se inscribe en la clarificación del proceso de discernimiento”. Ojalá que esta decisión no opaque lo verdaderamente importante que es la reflexión para que nuestra Iglesia jerárquica vaya tomando las mejores decisiones y no confundamos las cosas.